A la hora de comprar un perfume, hay dos siglas que es común encontrarse. Se trata de EDT y EDP, las cuales pueden generar confusión. Ambas opciones se refieren a diferentes concentraciones de una misma fragancia, lo que influye directamente en la duración, intensidad y uso recomendado del producto. Conocer sus diferencias puede ayudar a quien busca realizar una compra a tomar una mejor decisión según tu estilo y necesidades.
La principal distinción entre Eau de Toilette (EDT) y Eau de Parfum (EDP) se encuentra en el porcentaje de aceites esenciales que contiene cada una. Mientras que la EDP suele tener una concentración más alta, entre 15 y 20%, lo que le da mayor intensidad y permanencia, la EDT ofrece una versión más ligera, con entre 5 y 15% de concentración, ideal para el uso diario.
Ambas variantes pueden coexistir en una misma fragancia, lo que permite elegir la presentación que mejor se adapte a cada ocasión. Lo importante está en entender cómo se comporta cada formato sobre la piel, su proyección en distintos entornos y el efecto deseado al aplicarlo.
Cuál es mejor entre EDT y EDP y cómo elegir el mejor perfume
La diferencia entre Eau de Toilette y Eau de Parfum no está solo en el nombre: es una cuestión de concentración y duración. La EDP, al contar con más aceites esenciales, ofrece un aroma más profundo y persistente, que puede mantenerse hasta seis horas. En cambio, la EDT es más volátil, con una duración de entre dos y tres horas, pero sigue siendo más resistente que una colonia tradicional.
Las EDP tienden a percibirse solo a corta distancia, lo que las vuelve ideales para espacios cerrados o ambientes laborales donde no se quiere invadir con el aroma. Por el contrario, las EDT generan una estela más amplia, lo que puede hacerlas más notorias en trayectos o reuniones abiertas, aunque por menos tiempo.
En cuanto al precio, las Eau de Parfum suelen tener un costo más elevado que las EDT, ya que su composición requiere más esencias aromáticas. Pese a esto, su duración e intensidad justifican la inversión en situaciones especiales o eventos donde se busca un impacto olfativo más marcado.
Además de EDT y EDP, existen otras categorías dentro del universo de fragancias. El Eau de Cologne (EDC), por ejemplo, tiene una concentración mucho más baja, de entre 2 y 4%, pensada para aportar frescura por poco tiempo. En el otro extremo está el Perfume (o Extrait de Parfum), con un nivel de aceites entre 20 y 30%, ofreciendo una fuerte intensidad y una fijación prolongada que supera con creces al resto.
Al elegir entre una u otra, es importante considerar el contexto de uso. Para la rutina diaria, la EDT es una opción más fresca y suave, que evita saturar los sentidos propios y ajenos. En cambio, si se trata de un evento o una ocasión particular, la EDP aporta esa intensidad que se desea mantener por más tiempo.
Además, una misma fragancia puede estar disponible en ambas versiones, permitiendo conservar el aroma elegido en distintos formatos. Si se trata de un perfume de base fuerte, como los amaderados, es recomendable inclinarse por EDT para evitar sobrecargar el ambiente, mientras que en fragancias más suaves, cualquiera de las dos opciones puede resultar adecuada.