El arma reglamentaria de Maximiliano González, el policía que asesinó de un balazo a Luciano Olivera en Miramar, según la pericia preliminar funciona correctamente, al igual que todos los sistemas de seguros de la misma.
Según consta en el acta, en su primera declaración en la reconstrucción del hecho, el policía manifestó de manera espontánea que "el arma se había disparado accidentalmente" cuando intentó disuadir a quien él presumía que era un delincuente. Según alegó el acusado, el arma tuvo un "escape accidental".
Con los primeros resultados del informe preliminar sobre el arma, que culminará este viernes, se complica aún más la situación procesal de González, que se encuentra detenido acusado de homicidio doblemente agravado por ser cometido con un arma de fuego y por ser perpetrado por un efectivo de las fuerzas de seguridad.
Aún resta conocer los resultados del informe toxicológico de González, que complementará la pericia sobre el arma.
Luciano Olivera, de 16 años, fue asesinado a "sangre fría", de un balazo al pecho y a menos de un metro de distancia por el efectivo en la localidad balnearia de Miramar, en la provincia de Buenos Aires.