Ayrton Viollaz, uno de los ocho rugbiers acusados por el asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell el 18 de enero de 2020, fue condenado a 15 años de prisión por ser considerado partícipe secundario penalmente responsable del delito de homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas.
El joven de 23 años no formó parte del grupo de cinco que rodeó a Fernando a la salida del boliche, pero para la fiscalía participó directamente de la agresión y golpeó reiteradamente a la víctima.
Además, se lo señaló como uno de los que arengaba a sus compañeros durante la golpiza a Fernando. "Es ahora, es ahora", citaron los testigos que vociferaba. También aseguraron que llegó a gritar "Mátenlo al negro de mierda".
Viollaz había vendido su teléfono celular para juntar dinero y poder viajar a Villa Gesell de vacaciones, por lo que no quedó comprometido en el intercambio de chat posterior al asesinato.
La fiscalía entendió que "todas la probanzas valoradas" lo "ubican claramente junto a Fernando pudiendo quizás tratarse de un agresor directo". "Se lo observa cerca de todo lo sucedido", indicó el informe final de la fiscal.