Abuelas de Plaza de Mayo lamentó el fallecimiento de la nieta recuperada Laura Fernanda Acosta

La justicia restituyó su verdadera identidad en 1996. Era hija de Lidio "Cabezón" Acosta y María Dolores Vargas, que continúa desaparecida víctima del terrorismo de Estado. Tenía 49 años.

Abuelas de Plaza de Mayo anunció el fallecimiento de la nieta recuperada Laura Fernanda Acosta, restituida en 1997. "Con profunda tristeza, despedimos a una de nuestras nietas", remarcaron en un comunicado.

Acosta había nacido en Santa Fe el 15 de septiembre de 1974. "El 2 de diciembre de ese año fue detenido su padre, Lidio Juan Acosta, y el 30 de diciembre quedó como preso político a disposición del Poder Ejecutivo Nacional".

Desde la organización de Derechos Humanos remarcaron: "Casi tres años después, entre septiembre y octubre de 1977, fueron secuestradas Laura y su madre, María Dolores Vargas, que continúa desaparecida. Se desconoce dónde permanecieron cautivas. Aparece niña de 3 años 'perdida', publicó por entonces el diario La Razón".

Agregaron: "Abuelas encontró a Laura 18 años más tarde, en 1995. Había sido entregada a otra familia, de apellido Molinas, que también buscaba a una niña desaparecida, concretamente a su sobrina, hija de los militantes asesinados María Guadalupe Porporato y Francisco 'Pancho' Molinas".

"Esta familia crio a aquella niña 'perdida' sin saber que la verdadera Paula Andrea Molinas –tal era el nombre de su sobrina– había sido adoptada por un matrimonio de Córdoba cercano a su padre", enfatizaron desde Abuelas.

"Cuando Paula conoció su historia y localizó a su familia biológica en la provincia de Santa Fe, éstos recurrieron a nuestra Asociación para saber cuál era la identidad de la joven que ellos habían criado.

En 1996, los análisis genéticos confirmaron que se trataba de Laura Fernanda Acosta, y el 16 de mayo del año siguiente la justicia le restituyó su verdadera identidad. Así, pudo reencontrarse con su padre, que la buscó siempre.

"Otros nietos y nietas restituidos se han ido pronto de este mundo, los recordamos cada día. Las secuelas del terrorismo de Estado son severas. Los familiares de las víctimas las padecen hasta hoy. Muchos murieron en plena dictadura, arrasados por el sufrimiento ante la desaparición de sus seres queridos. El año pasado tuvimos que lamentar la partida de Paula Andrea Molinas, y ahora la de Laura, ambas por enfermedad", concluye el comunicado.

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