Las entregas de premios como los Oscars, los Emmys y los Golden Globes sufren en los últimos años una caída estrepitosa en sus niveles de audiencia. Los premios de la Academia, que en 1998 llegaron a tener más de 57 millones de televidentes solo en Estados Unidos, bajaron a menos de 24 millones en la última entrega. Los Emmys, que en 2013 estaban arriba de los 17 millones de espectadores en Estados Unidos, en las últimas dos ediciones no llegaron a los 7 millones. A continuación, algunas razones de estos descensos.
Películas de nicho
Como ya mencionamos, en 1998 los Oscars tuvieron más de 57 millones de espectadores solo en Estados Unidos, empujados por Titanic, uno de los grandes éxitos de taquilla de los últimos 25 años que esa noche se quedaron con 11 estatuillas.
Pero progresivamente la Academia fue dejando de lado el premiar a los grandes éxitos para reconocer principalmente a largometrajes que cumplan con determinados criterios artísticos, a pesar de que no sean del gusto de la gran audiencia.
A modo de ejemplo, en la previa de la entrega de los Oscars 2019 todos los cañones de la crítica especializada apuntaban a que Roma, película mexicana que casi ningún no cinéfilo puede tolerar por más de media hora, se quedaría con todos los premios importantes. Si bien no fue tan así, el daño ya estaba hecho y la audiencia no llegó a los 30 millones de espectadores.
Hay muchas más cosas para ver
Con el crecimiento de las plataformas de streaming, los espectadores tienen cada vez más opciones para consumir el día y horario de estas entregas. Series y películas, tanto vía TV como por streaming, y otros eventos en vivo son parte del combo que destroza a las entregas de premio.
A modo de ejemplo, en Estados Unidos la última entrega de los Emmys compitió en forma directa contra dos gigantes del rating del deporte como son los New England Patriots de la NFL y Los Ángeles Lakers de la NBA. ¿El resultado? Solo 6,1 millones de espectadores para la entrega. Si antes el deporte trataba de no ir contra estos eventos, parece haber llegado el momento de que las ceremonias se adapten a la competencia.
Las redes satisfacen al espectador casual
Antiguamente, cualquier persona que tuviera un mínimo interés por estas entregas miraba, aunque sea, parte de la ceremonia por televisión. Con el crecimiento de las redes sociales, si tu interés pasa por espiar un poco los looks de la Alfombra Roja por ejemplo es una cuestión de tiempo tener las fotos online o clips disponibles en YouTube, sin necesidad de mirar un show televisivo durante tres largas horas.
Las ceremonias, más de lo mismo hace 50 años
Los Emmy y los Oscars, por ejemplo, prácticamente no han cambiado desde, al menos, la década de 1970: gente con smoking que lee discursos rígidos por teleprompter. Premios para categorías que no le importan a nadie. Una orquesta de fondo que no sabemos qué función cumple en el 2020. En síntesis, una fórmula que huele rancia y que no alcanza para cambiarla con una adaptación forzada como la que vimos en los últimos Emmys.