El candidato del Partido Republicano, Donald Trump, regresará a la Casa Blanca después de cuatro años tras imponerse este martes ante la demócrata Kamala Harris, logrando la victoria en estados clave como Pensilvania. Este territorio aportó una soprendente adhesión masiva de una sector tradicionalmente alejado de la política: la comunidad amish.
Con más de 90 mil integrantes, la población amish en ese estado es una de las más grandes de Estados Unidos, junto con la de Indiana y Ohio, motivo por el cual representa un segmento importante de votantes. Scott Presler, del comité de acción política Early Vote Action, se convirtió en un estratega determinante para acercar el voto de la comunidad al magnate.
En los comicios de 2020, Joe Biden ganó en Pensilvania por 81.660 votos sobre Trump, en un estado de más de 12 millones de habitantes, cifra que lo ubica entre los swing states (estados clave). La historia dice que el candidato que gana Pensilvania, gana las elecciones. Por eso, en esta ocasión fueron muchos los esfuerzos para movilizar a un grupo tan numeroso, además de sectores antiwoke y votantes hispano-latinos que se inclinaron por Trump debido a su postura en temas como libertad religiosa, conservadurismo social y una visión de gobierno limitado.
Donald Trump y Scott Presler
La comunidad amish, conocida por su estilo de vida simple, su rechazo a la tecnología y por vivir aislada de las grandes ciudades, fue históricamente apolítica y su participación en las elecciones muy baja, menos del 10%. Para contrarrestar esto, en 2016 se fundó la organización Amish PAC con el objetivo de movilizar el voto de esta comunidad. En 2023, se creó Early Vote Action, un grupo conservador, que tuvo un rol decisivo en esta campaña.
Presler, un activista conservador que lidera este grupo, subió al escenario en el mitin de Trump en Pensilvania y dirigió su discurso directamente a la comunidad amish. Pero antes lideró una campaña puerta a puerta en mercados agrícolas y talleres amish en el condado de Lancaster, distribuyendo materiales de registro de votantes y promoviendo el voto anticipado por correo para evitar la presión social de votar en persona.
Su misión incluso fue apoyada por el dueño de la plataforma X, Elon Musk, quien donó un millón de dólares a fines de agosto como un impulso clave luego de que Presler se mudara a Pensilvania para registrar votantes republicanos. Las prohibiciones sobre la venta de leche producida por los amish o los valores en juego en la sociedad estadounidense fueron los puntos en los que hizo énfasis para convencer a estos votantes.
El resultado quedó evidenciado en las redes: cientos de amish se movilizaron para votar, en carruajes tirados por caballos con banderas con el lema Make America Great Again, y otros tantos participaron activamente en la campaña distribuyendo volantes. Luego de conocerse el resultado de los comicios que dieron por vencedor al republicano, Scott Presler recurrió a su cuenta de X, tal como hizo durante toda la campaña, para celebrar: "Este es el mejor día de mi vida".