Un departamento en el balneario uruguayo de Punta Ballena que pertenecía a una mujer argentina fallecida en 2015, valuado en u$s250 mil, fue vendido tras la falsificación de su firma un mes después de su muerte mediante el uso de un poder firmado con fecha de cuando ella se encontraba en coma en Buenos Aires.
La mujer, viuda, falleció sin hijos en mayo de 2015, por lo que su hermano heredó sus bienes. Cuando el hombre fue a visitar el departamento de Punta Ballena, cerca de Punta del Este, encontró que había sido vendido. La sospecha de una estafa nace de que el comprador del inmueble fue el ejecutivo de cuentas del banco que tenía como clienta a la propietaria original.
Además de la venta del departamento, tras la muerte de la mujer se usó el mismo poder para vaciar sus cuentas bancarias, que contenían u$s671 mil, y se vendieron otras dos propiedades en Argentina. El hermano de la fallecida inició acciones legales a ambos lados del Río de la Plata.
En Uruguay, el caso llegó a la Suprema Corte de Justicia, que confirmó la primera sentencia, dictada en marzo de 2019. En ella, se declaró la nulidad de la compraventa. Además, se le exigió al empleado del banco entregar la propiedad al hermano de la mujer fallecida en menos de treinta días y a pagarle el dinero generado por el alquiler, a razón de u$s17 mil por año.