El escalofriante y misterioso crimen que marcó historia en Estados Unidos: el asesinato de Andrew y Abby Borden

El brutal asesinato de un empresario y su esposa en 1892 dejó un misterio sin resolver que aún despierta especulación.

El 4 de agosto de 1892, la tranquila ciudad de Fall River, Massachusetts, fue escenario de uno de los asesinatos más notorios en la historia de Estados Unidos. Andrew Borden, un próspero empresario, y su esposa, Abby, fueron brutalmente asesinados en su propia residencia.

Este doble homicidio no solo conmocionó a la comunidad local, sino que también capturó la atención nacional debido a la naturaleza violenta del crimen y a la principal sospechosa: Lizzie Borden, la hija menor de Andrew.

Andrew Borden fue encontrado en el sofá de la sala, habiendo recibido múltiples golpes en el rostro con un hacha. Abby, por su parte, fue hallada en una habitación del piso superior, con heridas similares en la cabeza. La brutalidad de los ataques y la ausencia de testigos presenciales añadieron un aire de misterio al caso.

Lizzie Borden, de 32 años en ese momento, fue arrestada y llevada a juicio por los asesinatos de su padre y madrastra. A pesar de las pruebas circunstanciales presentadas en su contra, incluyendo testimonios sobre intentos previos de adquirir veneno y comportamientos sospechosos, Lizzie fue absuelta en 1893.

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Lizzie Borden, de 32 años en ese momento, fue arrestada y llevada a juicio por los asesinatos de su padre y madrastra

Lizzie Borden, de 32 años en ese momento, fue arrestada y llevada a juicio por los asesinatos de su padre y madrastra

Cómo fue el asesinato de Andrew y Abby Borden

La mañana del 4 de agosto de 1892 comenzó de manera rutinaria en la residencia Borden. Después del desayuno, Andrew y Abby continuaron con sus actividades habituales. Andrew salió para su paseo matutino, mientras Abby se dirigió al piso superior para arreglar la habitación de invitados. Fue en ese momento cuando Abby fue atacada, recibiendo múltiples golpes en la cabeza con un hacha, lo que le causó la muerte inmediata.

Al regresar, Andrew encontró la puerta principal bloqueada y tuvo que llamar para que le permitieran entrar. Poco después de acomodarse en el sofá para descansar, fue atacado de manera similar, sufriendo heridas fatales en el rostro. La única otra persona presente en la casa durante los asesinatos era Bridget Sullivan, la empleada doméstica, quien afirmó no haber visto ni escuchado nada inusual hasta descubrir los cuerpos.

A pesar de la absolución de Lizzie, el caso sigue siendo objeto de especulación y debate. La falta de pruebas concluyentes y las inconsistencias en los testimonios han mantenido vivo el interés en este misterio sin resolver.

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Este doble homicidio no solo conmocionó a la comunidad local, sino que también capturó la atención nacional debido a la naturaleza violenta del crimen.

Este doble homicidio no solo conmocionó a la comunidad local, sino que también capturó la atención nacional debido a la naturaleza violenta del crimen.

La casa de los Borden, preservada como museo, atrae a visitantes y entusiastas de lo paranormal, muchos de los cuales buscan experimentar de primera mano la atmósfera de uno de los crímenes más infames de Estados Unidos.

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