El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aceptó un plan de 21 puntos impulsado por Washington para alcanzar un alto el fuego en Gaza y abrir la vía a un acuerdo político que ponga fin al conflicto.
“Es una oportunidad histórica para lograr la paz”, afirmó Trump tras recibir a Netanyahu en la Casa Blanca. El mandatario remarcó que ahora la decisión depende de Hamás: “Si Hamás acepta, todos los rehenes volverán a casa”.
El plan, atribuido al ex primer ministro británico Tony Blair, prevé un cese inmediato de hostilidades, la liberación de rehenes en un plazo de 48 horas y la retirada gradual de tropas israelíes. A cambio, se contempla la excarcelación de más de 1.000 prisioneros palestinos.
Antes de la reunión, Trump había adelantado en su red Truth Social que están “muy cerca de lograr un acuerdo para poner fin a la guerra en Gaza, liberar a los rehenes y desarmar a Hamás”.
Obstáculos internos y presión internacional
Pese al anuncio, Netanyahu mantiene un discurso de línea dura. En la Asamblea General de la ONU, definió como “suicidio nacional” el reconocimiento de un Estado palestino y prometió “terminar el trabajo” en Gaza lo más rápido posible.
En el frente externo, Francia y Reino Unido ya reconocieron al Estado palestino, lo que profundiza las críticas hacia Israel. Y dentro de su coalición, Netanyahu enfrenta reclamos de la ultraderecha. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, exige presencia militar permanente en Gaza y rechaza la participación de la Autoridad Nacional Palestina en un eventual acuerdo.
Expectativa por los rehenes
Las familias de los secuestrados por Hamás presionan para que la reunión traiga resultados inmediatos. Reclamaron que Trump obligue a Netanyahu a cerrar un acuerdo, ante el temor de que la ofensiva militar israelí ponga en riesgo a los cautivos que siguen con vida.
La cumbre en Washington aparece como un punto de inflexión. Para analistas como Eytan Gilboa, el primer ministro israelí deberá decidir entre seguir el impulso de Trump o responder a su coalición interna, una disyuntiva que puede definir su futuro político.