Entre sierras, caminos de tierra y el susurro de un río cristalino, se esconde uno de los destinos más serenos de la provincia de Córdoba. Rodeado de vegetación autóctona y con una calma que se siente en el aire, este pequeño paraíso parece detenido en el tiempo.
Muchos viajeros que buscan escapar del bullicio urbano encuentran en ciertos rincones cordobeses el espacio perfecto para recargar energías sin apuros. A pocos kilómetros de Alta Gracia y sin grandes carteles que lo anuncien, se abre una opción distinta, lejos del turismo tradicional.
La Paisanita se presenta como una joya escondida del Valle de Paravachasca. Su paisaje agreste, su río transparente y su ambiente relajado la transforman en un destino ideal para quienes buscan una pausa real. No hay multitudes, ni ruido, solo naturaleza, historia y descanso.
Dónde queda La Paisanita
Ubicada a aproximadamente 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba, La Paisanita se encuentra cerca de Alta Gracia, aunque no sobre la Ruta Provincial 5, como muchas de las comunas vecinas. Este detalle geográfico la hace aún más reservada, como si el tiempo y el ajetreo no hubieran llegado hasta allí.
Rodeada por sierras bajas y atravesada por el río Anisacate, ofrece playas agrestes ideales para desconectarse en cualquier estación del año. La vegetación que la rodea, los caminos de tierra y las casas bajas configuran una postal que invita a quedarse.
Qué puedo hacer en La Paisanita
Aunque es pequeña, las propuestas en La Paisanita no se limitan al descanso. El río es protagonista absoluto: sus costas de arena y el icónico mirador con forma de honguito, ubicado en medio del cauce, son lugares perfectos para pasar la tarde o sacar fotos inolvidables.
Los amantes del movimiento tienen alternativas para todos los gustos: senderismo serrano, cabalgatas, paseos en bicicleta, avistaje de aves y hasta safaris fotográficos. Para quienes prefieren lo cultural, dos paradas son imprescindibles: la capilla Nuestra Señora de Luján, construida en la década del 50, y la colonia Evita junto a la escuela Sarmiento, inauguradas por Eva Perón y cargadas de valor histórico.
Además, hay una oferta gastronómica sencilla pero sabrosa. Desde las empanadas caseras de la Casa de María, hasta los platos criollos de Alma-Zen o los fogones del parador a orillas del río durante los meses de verano, la experiencia se completa con sabores auténticos.
Cómo llegar a La Paisanita
Para acceder a este rincón, hay que desviarse del camino habitual. En lugar de seguir por la RP 5, el ingreso se realiza tomando la RP C45 y luego el llamado Camino de los Pioneros, una ruta pintoresca que ya anticipa la tranquilidad del destino.
En cuanto al alojamiento, las opciones son variadas: desde campings y hosterías hasta complejos vacacionales como el de la Unión Ferroviaria. Todo pensado para que el visitante encuentre su propio ritmo, sin horarios ni exigencias.