Dentro de la localidad de Las Heras, Mendoza, se encuentra la Reserva Natural Villavicencio. Lejos del ritmo agitado de la ciudad y sin promesas de “experiencias inolvidables”, este espacio ofrece algo más real: senderos que invitan a caminar sin apuro, vistas que no necesitan filtro y una pausa que no viene con manual de instrucciones. No hay shows, no hay multitudes, y eso, para muchos, ya es un gran plan.
La reserva no está pensada para pasar el día corriendo entre actividades. Acá el tiempo se estira un poco. Hay guanacos, zorros y cóndores. También hay historia: la vieja hostería, emblema de otra época, sigue en pie y se convirtió en un un verdadero símbolo de la provincia de Mendoza.
Dónde queda la Reserva Natural Villavicencio
Ubicada en el departamento de Las Heras, a unos 50 km de la ciudad de Mendoza, la Reserva Natural Villavicencio ocupa un área protegida de más de 70.000 hectáreas. Se encuentra camino a Uspallata, sobre la emblemática Ruta Provincial 52, también conocida como el “Camino de las 365 curvas”.
El acceso principal está sobre esta ruta, que serpentea entre cerros y valles, y que solía ser el paso habitual hacia Chile antes de que se habilitara el túnel Cristo Redentor. A pesar de no estar lejos del centro urbano, la sensación al llegar es la de haber cruzado una frontera invisible hacia otra lógica: la del paisaje y el silencio.
Este espacio protegido forma parte del Sistema de Áreas Naturales Protegidas de Mendoza, y su creación tuvo como objetivo preservar la biodiversidad de una región que combina monte, pastizales y cardonal con una enorme riqueza en especies autóctonas.
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Página oficial Reserva Natural Villavicencio
Qué puedo hacer en la Reserva Natural Villavicencio
Villavicencio no es un parque temático ni un zoológico. Y eso se nota. Las actividades giran en torno al contacto con la naturaleza, sin intermediarios. Los visitantes pueden recorrer senderos señalizados a pie, acompañados por guías o por cuenta propia. Uno de los más populares es el Sendero de Interpretación, ideal para conocer un poco más sobre la flora, fauna y geología del lugar.
La observación de aves es otra de las propuestas destacadas. Con un poco de paciencia y binoculares, se pueden ver especies como el cóndor andino, el águila mora o el jote cabeza colorada. También es común cruzarse con guanacos y zorros, que no tienen mayor interés en esconderse del visitante.
Para quienes buscan un poco de historia, la antigua Hostería Villavicencio ofrece visitas guiadas, que recorren su arquitectura original y cuentan el detrás de escena de una época dorada del turismo mendocino. Aunque actualmente no funciona como alojamiento, el edificio se conserva como ícono y postal del lugar.
Además, en temporada alta, suele haber talleres educativos, propuestas para niños y actividades ligadas a la educación ambiental, siempre con un enfoque respetuoso del entorno.
Cómo llegar a la Reserva Natural Villavicencio
Llegar a la reserva desde la ciudad de Mendoza no es complicado, pero hay que tener en cuenta algunas recomendaciones. Lo más habitual es tomar la Ruta Provincial 52 hacia el norte, pasando por el barrio de El Challao. Arrancando desde la ciudad de Mendoza, se deben recorrer aproximadamente 50 kilómetros.
Vale recordar que no hay transporte público que llegue directamente hasta la reserva. Por lo que conviene planificar el viaje con antelación. La entrada es paga, y en temporada alta conviene chequear los horarios de apertura en su sitio web oficial o redes sociales, ya que pueden variar.