Argentina tiene rincones tan inesperados que parecen de otro planeta. Entre ellos aparece el Campo de Dunas de Tatón, un mar de arena que rompe con la postal clásica de montañas, viñedos o glaciares que suelen asociarse con el país. Quien lo visita se encuentra con un entorno imponente, silencioso y deslumbrante, donde la vista se pierde en dunas interminables.
Este destino todavía poco explorado comenzó a ganar fama en los últimos años gracias a su comparación con el desierto africano, ya que sus formaciones llegan a superar los 200 metros de altura. Es habitual que aventureros se acerquen para probar sandboard, travesías en 4x4 o caminatas exigentes, mientras otros simplemente buscan la calma de un atardecer dorado sobre la arena.
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Dónde queda el Campo de Dunas de Tatón
El Campo de Dunas de Tatón se encuentra en Catamarca, en el departamento Tinogasta, a unos 327 kilómetros de la capital provincial. Está rodeado por la precordillera andina, con paisajes áridos, pueblos pequeños y rutas que parecen perderse entre montañas grises y rojizas.
Su ubicación lo convierte en un enclave singular: un desierto inmenso dentro de una provincia conocida por sus viñedos, termas y cerros. Esa mezcla de geografías explica por qué muchos visitantes lo describen como un “secreto escondido” del noroeste argentino.
Qué puedo hacer en el Campo de Dunas de Tatón
El atractivo principal son las dunas gigantes, que figuran entre las más altas de Sudamérica, ideales para quienes se animen al sandboard o las motos de enduro. También se organizan travesías en camionetas 4x4, muy buscadas por turistas que quieren sentir la adrenalina de subir y bajar las laderas de arena.
Además, es un lugar perfecto para los amantes de la fotografía: los contrastes entre el cielo despejado, la arena dorada y las montañas de fondo generan postales únicas. Muchos recomiendan quedarse hasta el anochecer, cuando el sol tiñe las dunas de tonos naranjas y violetas.
La zona cercana ofrece alternativas gastronómicas y de descanso en Fiambalá, a solo 15 kilómetros. Allí es posible probar platos típicos como cabrito al horno, empanadas catamarqueñas o vinos locales. También hay hospedajes familiares, posadas y hasta alojamiento en el complejo de las termas, donde se puede descansar en aguas calientes después de una excursión exigente.
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Cómo llegar al Campo de Dunas de Tatón
Desde San Fernando del Valle de Catamarca, la capital provincial, el viaje en auto demanda entre cinco y seis horas. El camino recomendado es por la Ruta Nacional 60 hasta Tinogasta y luego hacia Fiambalá, desde donde se accede al paraje de Tatón.
Quienes viajan desde Buenos Aires deben calcular unas 16 horas en vehículo, lo que convierte la escapada en una experiencia más bien de varios días. También existen excursiones contratadas que parten desde Catamarca o desde La Rioja, pensadas para quienes no quieran manejar tantos kilómetros.