Con la temporada de verano ya finalizada, se acercan fechas que se suele aprovechar para escaparse del frío y tomarse unos días de descanso. Para organizar ese viaje, muchas personas se enfrentan a una decisión muy importante: salir del país o aprovechar su entorno cercano para desconectarse. Esta elección no solo tiene que ver con el deseo de explorar o relajarse, sino también con el impacto que tendrá en el bolsillo.
Tanto las escapadas al exterior como las opciones dentro de la misma ciudad o región ofrecen beneficios y limitaciones. El transporte, el hospedaje, la comida y el entretenimiento representan rubros que pueden marcar la diferencia a nivel financiero, según el tipo de experiencia que se busque.
Si bien es cierto que viajar lejos puede ofrecer momentos inolvidables, también lo es que quedarse cerca permite administrar mejor los gastos, aprovechar recursos ya disponibles y disfrutar sin preocuparse por los tiempos de traslado o los imprevistos del turismo tradicional.
Qué es mejor: salir de vacaciones en tu país o al extranjero
Una de las comparaciones más importantes a la hora de planificar una escapada es la de los gastos. Los viajes internacionales implican el pago de un pasaje en transporte que puede llegar a ser pagado en dólares, tanto si se elige avión o micro. Además, si se viaja en auto hay que considerar una inversión mayor en litros de nafta. Por el contrario, si la opción es quedarse cerca, se puede usar el propio vehículo o moverse con transporte público, reduciendo en gran medida ese gasto.
En cuanto al alojamiento, pasar las noches en hoteles o casas de alquiler fuera del país suele incluir tarifas adicionales, impuestos, propinas y otros cargos. Quienes eligen quedarse en su zona pueden evitar estos costos al dormir en casa o elegir hospedajes económicos como campings o alquileres de corto plazo en la misma ciudad o alrededores.
La comida también suma un punto a favor del descanso local. Viajar al exterior muchas veces obliga a salir a comer todos los días, mientras que al vacacionar en casa o cerca, cocinar o salir a restaurantes puntuales permite un mayor control del presupuesto.
Río de Janeiro
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Otra diferencia muy importante está en las actividades recreativas. Mientras que el turismo tradicional implica entradas a parques, excursiones o visitas guiadas que encarecen el viaje, al vacacionar en el entorno local se pueden aprovechar propuestas accesibles o gratuitas, como espacios culturales, actividades comunitarias o paseos al aire libre.
Pese a eso, también hay aspectos positivos al salir del país. A pesar del gasto mayor, muchas personas valoran la posibilidad de vivir nuevas culturas, cambiar el ambiente y disfrutar experiencias únicas. Además, con planificación previa, descuentos en temporada baja y uso de puntos o promociones, es posible optimizar el presupuesto y tener aun así una experiencia de mucha calidad. Incluso existen opciones de viaje económico como mochileros o aerolíneas low-cost.
En definitiva, la mejor elección dependerá del objetivo personal y financiero de cada uno. La decisión incluirá qué se puede priorizar, y en esas variables entran el descanso, la organización, la distancia, el tiempo, la necesidad de aventura y el grado de desconexión. Combinar ambas opciones a lo largo del año puede ser una fórmula perfecta.