A partir de los 40 años, el cuerpo femenino atraviesa una serie de transformaciones naturales que pueden impactar tanto en la salud física como en el estado emocional. ¿Cuáles son los ejercicios recomendados por expertos para mujeres mayores a 40 años?.
Entre los cambios más comunes se encuentran la pérdida progresiva de masa muscular, la reducción de densidad ósea, alteraciones hormonales —especialmente vinculadas al inicio de la perimenopausia— y una disminución del ritmo metabólico que puede favorecer el aumento de peso si no se toman medidas preventivas.
Además, muchas personas del sexo femenino experimentan una menor energía, cambios en el sueño, y una mayor susceptibilidad al estrés. Ante este panorama, la actividad física regular se vuelve una herramienta clave: no solo fortalece el cuerpo, sino que también mejora el estado de ánimo, la autoestima y ayuda a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión o la osteoporosis. Los especialistas coinciden en que una rutina equilibrada que combine fuerza, movilidad, resistencia y equilibrio es fundamental para sostener una vida activa y saludable en esta etapa.
MUJER HACIENDO EJERCICIO
FREEPIK
Los cinco ejercicios recomendados para mujeres mayores de 40 años
1. Entrenamiento de fuerza con pesas
Lejos del mito de que las pesas son solo para fisicoculturistas, el entrenamiento de fuerza es fundamental después de los 40. Ayuda a prevenir la pérdida de masa muscular (sarcopenia), fortalece los huesos y mejora el metabolismo basal. No es necesario levantar grandes cargas: basta con comenzar con mancuernas livianas y aumentar progresivamente.
2. Caminatas a paso rápido
Caminar de forma sostenida durante al menos 30 minutos diarios no solo mejora la salud cardiovascular, sino que también regula el azúcar en sangre, reduce el estrés y mejora el estado de ánimo. Es una excelente forma de ejercicio de bajo impacto, ideal para cuidar rodillas y articulaciones.
3. Ejercicios de movilidad y estiramiento
La flexibilidad tiende a disminuir con la edad. Dedicar unos minutos al día a estiramientos controlados mejora la movilidad articular, previene lesiones y reduce dolores musculares. Actividades como el yoga suave o el stretching guiado son grandes aliados.
4. Entrenamiento de equilibrio
A medida que envejecemos, el equilibrio se vuelve clave para evitar caídas. Incluir ejercicios como pararse en un solo pie, utilizar una pelota de estabilidad o practicar tai chi mejora la coordinación neuromuscular y la percepción espacial.
5. Ejercicio cardiovascular moderado
Además de caminar, se pueden incluir sesiones de bicicleta fija, natación o clases aeróbicas suaves para mantener el sistema cardiovascular activo. Este tipo de actividad también ayuda a regular el colesterol y controlar el peso corporal.