Mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control es una tarea difícil para quienes padecen diabetes, una enfermedad crónica que requiere de un cuidado constante en la alimentación. Entre las soluciones naturales que han ganado relevancia en los últimos años se encuentra una bebida mágica que podría ser una ayuda valiosa para el organismo.
El té de kombucha, conocido desde hace miles de años en China, ha resurgido en la actualidad por sus beneficios para la salud. Recientemente, un estudio publicado en Frontiers in Nutrition destacó que esta bebida fermentada ayuda a mejorar los niveles de glucemia en pacientes con diabetes tipo 2, lo que la convierte en un aliado prometedor para quienes buscan alternativas naturales.
Aunque el té de kombucha ha sido consumido desde el año 200 a.C., fue en la década de los 90 en Estados Unidos cuando alcanzó su popularidad actual. En este tiempo, se ha comenzado a estudiar más a fondo sus propiedades, aunque aún queda mucho por descubrir sobre sus efectos completos en el organismo.
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Consumida desde el 200 a.C., la kombucha se ha vuelto popular por sus propiedades saludables.
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Qué propiedades tiene el té de kombucha
Investigadores de la Universidad de Georgetown, en colaboración con la Universidad de Nebraska-Lincoln y MedStar Health, realizaron un estudio con 12 pacientes diagnosticados con diabetes tipo 2. Durante cuatro semanas, los pacientes consumieron 230 mililitros de kombucha al día. Los resultados fueron notables: los niveles de glucemia en ayunas se redujeron de 164 a 116 miligramos por decilitro.
La bebida, que es fermentada con bacterias y levaduras, contiene microorganismos como ácido láctico, bacterias del ácido acético y una levadura llamada Dekkera. Aunque aún se necesita más evidencia científica, los primeros hallazgos sugieren que esta infusión podría ser una herramienta útil para combatir la diabetes y mejorar el sistema inmunológico.
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Investigadores confirmaron que 230 ml diarios de kombucha reducen significativamente el azúcar en sangre.
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Además de sus efectos en la glucemia, algunos estudios preliminares indican que la kombucha podría tener propiedades antiinflamatorias, lo que la convierte en una opción saludable no solo para los diabéticos, sino también para quienes buscan fortalecer su salud general.