Cada vez más investigaciones señalan que ciertos nutrientes son muy importantes para retrasar el envejecimiento y mantener la vitalidad a lo largo de los años. Entre estos, el magnesio, la vitamina D y los ácidos grasos Omega-3 destacan por sus beneficios en la prevención de enfermedades y en la reducción de la mortalidad, convirtiéndose en aliados esenciales para la salud a largo plazo.
La biomédica californiana Rhonda Patrick, referente en nutrición y envejecimiento, explicó que la incorporación de estos compuestos a la dieta diaria, junto con rutinas de ejercicio, puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida. Según la especialista, los déficits de estos nutrientes son frecuentes en la población, pero su corrección es muy fácil si se eligen los alimentos adecuados o se complementan con suplementos accesibles.
Con ejemplos prácticos y recomendaciones basadas en estudios, Patrick señaló que pequeños cambios en la alimentación y en los hábitos diarios pueden convertirse en un verdadero escudo frente al paso del tiempo. Desde frutos secos hasta pescados grasos, pasando por la exposición moderada al sol y la práctica de actividad física, cada acción suma para alcanzar un envejecimiento saludable.
Frutos Secos
En particular, las nueces son valiosas por su ácido alfa-linolénico, una forma vegetal de omega-3 que contribuye a prevenir el deterioro mental.
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La vitamina D cumple un papel central en la salud ósea, la inmunidad y la longevidad. La experta remarcó que la principal fuente es la exposición solar, aunque factores como la edad, el tono de piel, el uso de protector solar o la vida en interiores reducen su producción natural. Por eso, recomendó considerar suplementos económicos y sencillos de incorporar, además de realizar controles médicos para verificar los niveles en sangre.
El magnesio es otro mineral esencial que participa en la reparación del ADN y en múltiples funciones enzimáticas. Está presente en vegetales de hoja verde oscuro como la acelga o la col rizada, pero también en almendras, avena y otros frutos secos. La especialista incluso compartió ejemplos de sus desayunos, en los que mezcla verduras cocidas, frutas y palta para garantizar un aporte equilibrado.
Los ácidos grasos Omega-3 se suman a esta lista de nutrientes clave. Se pueden obtener de semillas de lino, nueces y pescados como salmón, caballa y sardinas. También las algas son una opción destacada, especialmente en dietas basadas en plantas. Según Patrick, los suplementos de Omega-3 pueden duplicar los niveles de estos lípidos en el organismo, mejorando la salud cardiovascular y reduciendo riesgos asociados al envejecimiento.
Por último, la especialista remarcó que la nutrición debe ir de la mano del movimiento. Definió al ejercicio como el “medicamento antienvejecimiento más poderoso”, capaz de reducir la mortalidad general hasta en un 40%. Recomendó aplicar la técnica VILPA (actividad vigorosa breve e intermitente), que incluye rutinas cortas e intensas de apenas uno a tres minutos, varias veces al día, como sprints o burpees, para potenciar sus beneficios.