Esto le pasa al cuerpo si comés zanahorias todos los días

Este vegetal aporta nutrientes clave que benefician la vista, el corazón y el sistema inmune, pero los expertos advierten que no conviene abusar.

Comer zanahorias a diario parece una costumbre simple, pero su impacto en el organismo va mucho más allá de lo que muchos imaginan. Con su color vibrante y su sabor dulce, esta hortaliza es una fuente de vitaminas, fibra y antioxidantes que cumplen funciones esenciales para el cuerpo. Desde la vista hasta la salud de la piel, su consumo regular puede marcar una diferencia real en el bienestar general.

Sin embargo, como suele pasar con la alimentación, la clave está en el equilibrio. Aunque comer zanahorias todos los días puede aportar beneficios, hacerlo en exceso no multiplica sus efectos positivos y, en algunos casos, puede generar molestias menores. En este punto coinciden diversas nutricionistas internacionales, quienes subrayan que la variedad en la dieta es igual de importante que la constancia.

Maddie Pasquariello, especialista en comunicación en nutrición por la Universidad de Tufts, explicó que los alimentos que consumimos con frecuencia “tienen un enorme impacto en la salud y en la prevención de enfermedades crónicas”. Según su análisis, la zanahoria es una aliada confiable, pero no milagrosa, dentro de una alimentación equilibrada.

Qué le pasa al cuerpo si comés zanahoria todos los días

Una zanahoria mediana aporta unas 25 calorías, 6 gramos de carbohidratos, 1,5 gramos de fibra y una buena dosis de betacaroteno, un compuesto que el cuerpo convierte en vitamina A. Este nutriente es clave para mantener la salud visual y prevenir afecciones como la degeneración macular.

zanahorias
¿Cómo conservar zanahorias?

¿Cómo conservar zanahorias?

La especialista Michele D. Rager, jefa de nutrición clínica en Berry Street, explicó que la combinación de betacaroteno, luteína y zeaxantina “protege la retina del daño oxidativo” y ayuda a mantener una vista nítida a lo largo del tiempo. Además, el betacaroteno también refuerza el sistema inmunológico, ya que interviene en la formación de células que defienden al cuerpo de virus y bacterias.

Por su parte, la nutricionista Amanda Sauceda destacó que la fibra de las zanahorias favorece la regularidad intestinal y puede contribuir al equilibrio del microbioma. “Los carotenoides llegan al intestino grueso y actúan como prebióticos, alimentando las bacterias buenas”, explicó.

Los beneficios también se extienden a la salud cardiovascular. Gracias a su contenido de potasio, antioxidantes y fibra, las zanahorias pueden ayudar a mantener niveles saludables de colesterol y presión arterial. Además, aportan vitamina K, que favorece la coagulación sanguínea y ayuda al cuerpo a recuperarse más rápido ante pequeños cortes o lesiones.

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¿Puedo congelar las zanahorias?

¿Puedo congelar las zanahorias?

En cuanto a la piel, los carotenoides presentes en esta raíz vegetal colaboran en retrasar el envejecimiento cutáneo y ofrecen cierta protección frente a los rayos UV, algo que la convierte en una aliada natural para mantener un aspecto saludable.

Eso sí, comer demasiadas zanahorias también tiene su costado menos simpático. Rager advirtió que el exceso de fibra puede generar hinchazón o gases, especialmente si no se está acostumbrado a consumirla en grandes cantidades. Además, el betacaroteno en exceso puede teñir la piel de un tono anaranjado, sobre todo en las palmas y plantas de los pies, aunque este efecto no implica ningún riesgo.

Para sumar zanahorias sin caer en el aburrimiento, los especialistas sugieren incorporarlas de manera práctica: asadas con especias, como snack con hummus o en jugos frescos combinados con manzana y limón. También pueden servirse con queso feta, hierbas y un toque de sésamo, o al horno con aceite de oliva y romero para realzar su sabor dulce.

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