Este rincón oculto de Uruguay tiene playa, está a solo 140 kilómetros de Montevideo y transmite mucha paz

Un balneario cerca de la capital ofrece un entorno perfecto para descansar. Sus paisajes y su costa amplia lo convierten en una escapada ideal para quienes buscan desconectar.

  • Un balneario poco visitado de Uruguay ofrece un entorno sereno, naturaleza frondosa y un ambiente ideal para descansar lejos del ruido.
  • Su ubicación cercana a Montevideo lo convierte en una escapada accesible para quienes prefieren playas tranquilas y paisajes cuidados.
  • La plantación histórica de miles de árboles le dio identidad a este rincón costero, creando sombra, frescura y un entorno preservado.
  • Sus caminatas, atardeceres y ritmo pausado lo posicionan como un refugio perfecto para viajeros que buscan desconectar.

Para este verano, hay un destino costero uruguayo que se mantiene fuera de los circuitos concurridos y que se destaca por su ambiente calmo, su vegetación abundante y su franja de arena que invita a descansar. Es un lugar elegido por quienes buscan reencontrarse con la naturaleza sin multitudes alrededor.

En el litoral de Uruguay existen balnearios que, pese a su belleza, todavía conservan un perfil discreto. Entre estos aparece Santa Ana, un paraje que se caracteriza por su historia particular, un entorno cubierto de árboles y tranquilo que se ofrece a pocos kilómetros de centros urbanos muy transitados. Su encanto se encuentra en esa mezcla de silencio, frescura y paisaje costero.

Este punto del departamento de Colonia se transformó con el paso del tiempo en un refugio que invita a conectarse con el entorno. Su playa amplia, el clima relajado y la ausencia de grandes complejos permiten disfrutar de un ambiente amigable, ideal para quienes buscan relajarse a otro ritmo y explorar un sector menos difundido del país.

Santa ana

Cómo es la playa oculta de Uruguay que te llena de tranquilidad

A solo unos kilómetros de Montevideo, Santa Ana aparece como una de las playas más serenas de la región. Con una costa de arena dorada y aguas suaves, este lugar se mantiene apartado de los circuitos más famosos como Punta del Este o José Ignacio. Su paisaje mezcla una línea costera amplia con un cinturón verde que la rodea y la protege del ruido.

El balneario se sostiene sobre raíces históricas que marcaron su identidad. Fundado en 1946 por los hermanos Greissing, descendientes de inmigrantes suizos, el sitio se transformó gracias a su intervención, ya que reemplazaron antiguas dunas por extensas plantaciones de árboles que con el tiempo le dieron sombra, frescura y un carácter distintivo. Hoy, especies como robles, ceibos, eucaliptos, sauces o araucarias conforman el paisaje natural que envuelve la playa.

Santa ana

Su atmósfera relajante es uno de los grandes atractivos. Las caminatas costeras, las tardes bajo la arboleda y los atardeceres teñidos de tonos cálidos construyen una experiencia relajante para quienes llegan buscando calma. Santa Ana conserva un ritmo pausado, sin grandes aglomeraciones ni desarrollos masivos, lo que permite disfrutar el entorno sin interrupciones y reconectar con un ambiente natural cuidado por generaciones.

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