Los gatos son animales con personalidades muy particulares que requieren comprensión y respeto por parte de sus dueños. Para construir una buena relación con ellos, es esencial conocer sus necesidades, límites y formas de comunicación. No es lo mismo tener un perro que un gato, su comportamiento es muy diferente, por lo que es importante tener en cuenta estas particularidades para llevar adelante una tenencia responsable.
Algunos comportamientos que pueden parecer inofensivos, como molestarlos mientras duermen o rascar zonas sensibles, pueden generar estrés en el animal. Por eso, adoptar prácticas que respeten su espacio y su naturaleza es fundamental para garantizar una convivencia armónica.
Con esta guía se intentará presentar una serie de recomendaciones que serán claves para fomentar una relación positiva con el gato que forme parte de la familia. En ese sentido, se deberá prestar atención al uso adecuado de juguetes hasta la forma correcta de interactuar con él en distintas situaciones.
Qué consejos son los más recomendados para llevarte bien con tu gato
- Usar juguetes para interactuar: Se recomienda no utilizar las manos o pies para jugar con el gato, ya que podrían asociarlos con algo para cazar y lastimar accidentalmente. Elegir por juguetes diseñados específicamente para gatos, peprmitirá que puedan tener sesiones de juego seguras y divertidas.
- Respetar su tiempo y espacio: No hay que perseguirlos ni gritarles o mirarlos fijamente si se quiere que se acerquen. Los gatos tienden a buscar a quienes mantienen una actitud calmada, así que hay que darles su espacio hasta que se sientan cómodos para acercarse.
- Evitar el contacto invasivo: Nunca hay que arrinconarlos o bloquearles el paso para acariciarlos. Permitir que sea él quien se acerque, y cuando lo haga, brindarle una experiencia positiva con caricias suaves en áreas que disfrute, como detrás de las orejas o debajo del mentón.
- Respetar su descanso: Los gatos valoran mucho su tiempo de sueño, por lo que es importante no molestarlos mientras duermen. Si el animal no disfruta del contacto físico estando despierto, invadir su descanso podría generarle estrés.
- Ser cuidadoso con su cuerpo: Evitar tocar zonas sensibles como su panza, patas o cola, ya que podrían interpretarlo como una amenaza. También es importante no levantarlo por la piel del cuello, especialmente si es un gato adulto, ni obligarlo a estar en brazos si no lo disfruta.
- Observar su lenguaje corporal: Si el gato muestra señales de estrés, como orejas hacia atrás o movimientos bruscos de la cola, es mejor darle su espacio. Intentar calmarlo en ese momento podría aumentar su incomodidad.