Julián Alvarez: por qué es un futbolista récord y un verdadero ejemplo de deportista

Descomunal lo del cordobés, por lo que ha ganado desde hace cinco años, pero sobre todo por cómo lo hizo. Ahora, jugando poco o nada, ha sido un factor y enseña cómo tomarse las cosas en un deporte colectivo. Humildad, trabajo y un ego controlado.

No jugó un minuto en la final, pero ahí estaba, con una sonrisa, la de siempre. Y con el mismo discurso que lo hace un chico modesto, simple, humilde, sin el ego de otros, pese a todo lo que ha logrado en estos cinco años.

“Ha sido una temporada magnífica, más allá de la victoria, de jugar mucho o poco, pero lo importante es lo que crecí mucho como jugador y persona. Era un desafío para mí venir a otro país, a otro fútbol. La verdad es que me recibieron muy bien, me ayudaron mucho y hoy terminamos la temporada de la manera que todos queríamos, ganando todo”, admitió el cordobés, sin una mueca de molestia, pese a que el partido se dio para que Pep Guardiola lo incluyera, debido a un trámite en el que el City se sintió incómodo, sin variantes ni profundidad, con un Haaland muy estático.



No le cambia nada a Julián, que parece entender todo con su corta experiencia. Otro jugador podría haber regresado del Mundial con ínfulas de figura, luego de ser pieza decisiva del campeón en Qatar. Pero el de Calchín no es así. Sabe ubicarse y, sobre todo, entiende que primero está el equipo.

“Acá hay un gran ambiente y sin importar si jugamos mucho o poco, nos apoyamos entre todos y tiramos para adelante”, explicó, como si fuera común. Al menos no siempre lo es. Se nota que lo de Julián es genuino. Y lo destacan todos, comenzando con Pep Guardiola y siguiendo con sus compañeros, con quien ha pegado una onda muy reconocible aunque no estemos en la intimidad.

JULIÁN ALVAREZ
El delantero campeón mundial se mostró contento por la victoria del campeonato europeo.

El delantero campeón mundial se mostró contento por la victoria del campeonato europeo.

Como desde que debutó en River, con 18 años, Julián juega para el equipo, el tiempo que se necesite y en la posición que crea el DT, sin condicionantes ni exigencias. Pese a que cada vez que entra, se destaca y -generalmente- mete goles. Porque es uno de esos jugadores que no necesita tiempo de adaptación al juego.

Se entrega al equipo y contagia su agresividad, ambición e intensidad. Primero porque es siempre el primer defensor. Ya se ha hecho famoso en el mundo, sobre todo entre los defensores rivales, por no dejarlos vivir en paz, cuando los presiona y cuando tira diagonales. Porque Julián no para. Tiene una capacidad física envidiable y una ambición enorme por ayudar. Y por el gol.

Voracidad en el juego que se nota ni bien ingresa. Hay pocos que ayudan tanto a los compañeros como él, porque defiende y marca pases, todo el tiempo. Y también mete goles, claro, porque eso es lo que deben hacer los delanteros a este nivel. En la temporada suma 13, en 43 partidos, la mayoría siendo suplente. En esta Champions fueron tres en 10 juegos, cuatro como titular y 6 de reserva. Sólo Haaland anotó más. Y justamente tener al noruego por delante es la única explicación de por qué no es titular. Lo sería en muchos de los grandes de Europa. Hasta Pep reconoció que se desvive por ver opciones que le permitan incluirlo más, sobre todo de titular.

Los impactantes números de Julián Álvarez

Desde que debutó, no se detuvo. Y sus números, en sus ingresos, impactan. Lo mismo que sus títulos a los 23 años. Tiene nada menos que 13 en su carrera, siendo el único argentino en lograr el Mundial, la Champions, la Libertadores y la Copa América. Y todas han sido históricas, desde aquella ante Boca en 2018 hasta la actual del City, la primera de la historia del club inglés, pasando por el desahogo con la Selección en Brasil y el Mundial que Argentina no lograba desde 1986. En todas fue campeón siendo la primera vez que las jugó. Impactante.

Nada es casualidad. Tampoco que él sea parte de esta histórica temporada del City, que logró también la Premier y la FA Cup, un triplete que Pep ya había logrado en el Barcelona pero que sólo consiguieron otros nueve equipos europeos.

Muchos pueden pensar que está tocado por la varita, y no les falta razón. La suerte ayuda, el destino marca, pero también cómo se reacciona a los triunfos y a las derrotas. Y cómo se es en el día a día, cómo uno lucha por tus cosas, también. Porque en River era suplente y se hizo un lugar hasta ser la estrella del equipo. En la Selección le pasó lo mismo hasta que Scaloni le abrió la puerta en Qatar y ya nunca miró atrás. En el City espera lo mismo. Tiene adelante un monstruo contemporáneo como Haaland, nadie sabe si lo logrará o si tendrá que irse a otro equipo, para disfrutar de los minutos que ya merece, pero por lo pronto nos enseña cómo tocar las cosas, cómo ayudar a un equipo a hacer historia. Una vez más, como desde hace cinco años. Un verdadero ejemplo.

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