Fórmula 1: el día que Michael Schumacher le puso fin a la era dorada de Ferrari

El alemán había anunciado que su despedida de la escudería italiana, luego de haber cosechado 7 títulos mundiales, 91 victorias y 155 podios, sería en el Gran Premio de Brasil de 2006. En 2013 tuvo un accidente mientras esquiaba y hay total hermetismo sobre su estado de salud.

Michael Schumacher llegó a Ferrari en 1996 ya con dos títulos encima, pero una vez vestido de rojo demostró por qué fue elegido por los italianos para que los representante dentro de las pistas. El alemán se volvió en una leyenda de la máxima categoría y en 10 años se alzó cinco títulos mundiales, dejando una estela de años en cada circuito en lo que fue la época moderna.

Sin embargo, un día todo su destello llegó a su fin. Aquel 22 de octubre de 2006 se convirtió en el día marcado en el calendario como el final de una época dorada. El circuito de Interlagos se vistió de rojo, las tribunas rugían, y Schumi se subió por última vez a un Ferrari. Por ese entonces había roto todos los récords, con 91 victorias, 155 podios y una historia escrita curva a curva a puro lujo. Pero aún faltaba un último capítulo, y el alemán lo escribió a su estilo.

La última vuelta de una leyenda en Ferrari

Las despedidas no siempre suelen ser perfectas, y la de Michael Schumacher no fue la excepción. En aquel Gran Premio de Intergalos largó desde el décimo puesto, una posición poco habitual para el alemán. A los pocos metros, un toque con Giancarlo Fisichella le produjo un pinchazo en un neumático y lo relegó al puesto 19.

Si bien todo parecía perdido, arriba de la monoplaza estaba el máximo ganador de la competencia y no se esperaba que así fuera su último adiós. Obviamente, él también lo sabía y dio una excelente muestra de carácter, velocidad e inspiración.

El Kaiser empezó una remontada sin fin, adelantando uno a uno de sus rivales con maniobras inigualables, incluso a Kimi Raikkonen, quien finalmente sería su reemplazante en el equipo un año después.

Si bien cruzó la meta en cuarto lugar, detrás de Felipe Massa, Fernando Alonso y Jenson Button, y quedó fuera del podio, se llevó todos los aplausos. Su radio, al final, sonó con una mezcla de emoción y alivio: “Gracias a todos. Ha sido un viaje increíble.” “Fue una de mis mejores carreras, aunque no gané. Lo disfruté mucho”, reconoció luego Schumacher.

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El adiós del hombre que cambió la Fórmula 1

Aquel 22 de octubre, el box de Ferrari lo esperaba con un cartel que decía “Grazie Michael”. Felipe Massa, nuevo ídolo brasileño, lo abrazó entre lágrimas. Alonso levantaba su segundo título del mundo, pero el centro de la escena era otro: el fin de una era sobre ruedas.

Schumacher se bajó del auto, saludó al público y se permitió disfrutar su último día. “En ese momento sentí que era el final de una vida. Pero también, el comienzo de otra”, reconoció tiempo después.

El alemán colgó el casco tras su paso por Ferrari, pero no el amor por la velocidad. Ya en 2010 decidió volver a los circuitos con Mercedes, pero la historia marca una gran diferencia a lo que fue en el equipo italiano. En esos dos años no pudo subirse a ningún podio y su mejor actuación fue en un puesto 8. Su punto final en la Fórmula 1 también fue una tarde en Interlagos, la que marcó su verdadera despedida dentro de las pistas.

Octubre, el mes de los mejores recuerdos dentro Schumacher en la Fórmula 1

El mes de octubre para Michael Schumacher sin duda no será uno más, ya que en el calendario tiene varios días que marcaron una antes y un después en su vida profesional.

Un 8 de octubre de 2000, Schumi conquistó en Japón su primer título con la escudería italiana, el tercero personal, pero sobre todo significó mucho más que eso: el piloto alemán alzó el trofeo de pilotos de Fórmula 1 de los tifosi rosso tras 21 años sin festejos.

Las tres primeras carreras de ese año (Australia, Brasil y San Marino) sentaron las bases para un dominio absoluto, para demostrar que estaba en busca del título personal. En Nürburgring, Schumacher logró imponerse bajo la lluvia y cosechó una ventaja sobre el por entonces actual campeón, Mika Häkkinen, de 18 unidades a falta de 11 carreras del calendario.

Y como fuera combustible, Monza, la tierra de Ferrari marcó el inicio de la remontada: la victoria allí y en Estados Unidos, la fecha siguiente, hicieron que el expiloto de Benetton sacara una ventaja de 8 puntos en el campeonato: con una victoria, e incluso que Hakkinen finalizaba segundo, se consagraba campeón.

Obviamente que no se hizo esperar y en Suzuka (Japón), ambos pilotos dieron su mejor espectáculo, donde apenas hubo milésimas de segundos de diferencia entre los dos. Si bien daba la sensación de que el campeonato se iba a definir en Malasia, ya que el finlandés había dominado la mitad de la carrera, su parada en box por segunda vez determinó el destino predestinado para el Káiser.

Hakkinen entró al pit, la lluvia y el tráfico le dieron la ventaja a Michael para no desperdiciar la oportunidad más esperada: el piloto de Ferrari se mantuvo firme a lo largo de lo que restaba de carrera y logró alzar el tan ansiado título, su primero vestido de rojo.

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Aquella victoria en Japón fue la antesala de los años victoriosos para el alemán de la mano de los italianos: la escudería se hizo con todos los títulos de Pilotos y Constructores hasta 2004, y Schumacher logró la cifra récord de siete campeonatos mundiales, una marca que hasta hoy comparte con Lewis Hamilton.

En una oportunidad, Schumacher supo reconocer que la victoria de aquel gran premio fue la más emotiva: “Suzuka 2000 con Ferrari, sin duda. Veintiún años sin ganar un campeonato por parte Ferrari, cuatro años de intentos fallidos por mi parte y, por fin, Suzuka 2000, íbamos ganando... una carrera excepcional y... un gran campeonato”.

Qué se sabe de su estado de salud de Michael Schumacher

Michael Schumacher tuvo un grave accidente en 2013 cuando esquiaba en los Alpes franceses y desde entonces la familia trató el tema con total hermetismo.

Más allá que trascendió que estuvo presente en el casamiento de su hija Gina en 2024, también acompañó a su hija por el nacimiento de su nieta y que incluso firmó un casco para una acción benéfica, no hubo fotos de su aparición pública, pero en los últimos días trascendió una noticia alentadora sobre su estado de salud.

En un principio, la exesposa de Flavio Briatore, Elisabetta Gregoraci, declaro que el multicampeón “no habla, sólo se comunica con los ojos” y que “solo tres personas pueden visitarlo”, ahora el periodista francés Stéfan L’Hermitt, del diario L’Équipe, afirmó en el podcast Le Grand Récit que durante el último año se habrían registrado “avances importantes” en la condición del expiloto.

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