Previo a su fallecimiento, el brasileño había hecho efusivos reclamos para hacer modificaciones y no tener que lamentar más vidas. Previo a su deceso, hubo 48 muertes. Después, solo una.
Ayrton Senna murió en 1994, pero su figura sigue siendo elegida como el ídolo de la mayoría de los pilotos
Cada 1° de mayo, la Fórmula 1 recuerda la muerte de Ayrton Senna, quien se ganó el respeto dentro y fuera de las pistas, gracias a su inigualable talento. A pesar de ser una de las jornadas de mayor tristeza del mundo en la mayor categoría del automovilismo, su trágico accidente marcó un antes y un después clave en la seguridad para la competencia.
“Su muerte fue algo desafortunado. Pero la publicidad generada fue tanta que fue bueno para la Fórmula 1”, supo describir Bernie Ecclestone, exdueño de la F1, en una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo en octubre de 2017 respecto al deceso el brasileño.
Si bien la frase puede parecer repudiable, el inglés que manejó los destinos de la F1 durante 40 años, el destino del icónico piloto provocó una ola de cambios positivos.
Senna siempre intentó estar en todos los detalles que rodeaba al automovilismo y venía haciendo efusivos reclamos para hacer significativas modificaciones en la categoría para evitar más muertes. Lamentablemente, su voz solo se escuchó luego de su deceso.
La FIA comenzó con las modificaciones para evitar que volviera a ocurrir un hecho similar como el de Imola, que no solo se cobró la vida del nacido en San Pablo, sino también la el piloto Roland Ratzenberger, justo un día antes de la del brasileño.
Aquel ruego que hizo Ayrton Senna el domingo a la mañana de la carrera de San Marino y que iba a profundizarse dos semanas después en Mónaco, finalmente se realizó.
A raíz de los cambios que realizó la Fórmula 1 por la muerte de Senna se hizo notablemente más segura y la cantidad de pilotos fallecidos en las pistas bajó considerablemente tanto, que a pesar de los cientos de accidentes que hubo desde entonces, apenas se debió lamentar una muerte.
Jules Bianchi, murió en el Gran Premio de Japón de 2014, 20 años después del fallecimiento del brasileño. En Suzuka, bajo un diluvio, el francés impactó contra una grúa que estaba al costado de la pista para retirar el Sauber de Adrian Sutil.
De acuerdo a la investigación de la FIA, el piloto no aminoró la velocidad de su Marussia como debía en un sector con doble bandera amarilla, patinó en un charco y terminó debajo del tractor, golpeando de lleno su cabeza: el francés paso nueve meses internado con muerte cerebral, hasta que finalmente falleció.
La tragedia de Bianchi tampoco pasó inadvertida para la FIA, que adoptó el HALO, además de prohibir el ingreso de maquinaria pesada con autos en pista, aunque en algunos casos se vio. El legado de Ayrton por la seguridad quedó marcado a fuego, como su muerte.
En cambio, previo a la muerte del brasileño aquel 1 de mayo de 1994 la Fórmula 1 se cobró la vida de 48 pilotos: algunos de los conductores murieron por incidentes durante los fines de semana de carreras del Gran Premio que formaron parte del Campeonato Mundial, otros perdieron la vida durante sesiones de prueba y otros tantos conduciendo durante fines de semana fuera del campeonato u otros eventos.
Ayrton Senna murió el 1 de mayo de 1994 a causa de un fuerte choque sufrido en la curva de Tamburello durante la carrera en el Autódromo Enzo e Dino Ferrari durante el Gran Premio de San Marino.
Una varilla de la suspensión del vehículo atravesó la visera de su casco provocándole una fatal herida en la cabeza. El piloto brasileño conducía su Williams FW16 a más de 200 kilómetros por hora cuando se estrelló contra el muro y si bien llegó a ser trasladado al Hospital Maggiore de Bolonia, nada se pudo hacer por salvar su vida.
El fatal de accidente se produjo en la séptima vuelta de la carrera. El de Williams pasó una vez por Tamburello sin aparentes problemas. La segunda, perdió el control de su monoplaza chocándose contra el muro. La autopsia reveló que, además de la violencia del choque, Senna recibió el impacto de un trozo de la suspensión en su casco. Aquello le provocó la muerte cerebral inmediata.
Varias son las teorías para explicar un accidente injustificable visto desde fuera, ya que Senna pierde el control del coche sin volantear ni casi oponer resistencia. Tras una larga investigación, Frank Williams (director del equipo Williams), Patrick Head (director técnico) y Adrian Newey (diseñador del coche) fueron juzgados por homicidio involuntario.
La Fiscalía los acusó de haber modificado el coche del brasileño de manera que la columna de dirección del mismo se rompió por fatiga de los materiales. Si bien en un principio los tres fueron absueltos por falta de pruebas, en 2007 la Corte Suprema italiana dio por buena esta versión y encontró a Patrick Head como único culpable. Fue absuelto por el Tribunal Supremo italiano ya que, para entonces, el delito había prescrito. Esta sería, por tanto, la explicación oficial al accidente.
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