Este domingo se bajó el telón de los Juegos Paralímpicos de París 2024 en los que Argentina no solo superó la performance de la edición anterior, sino que también con sus 13 medallas selló la mejor actuación desde los juegos de Arnhem 1980. Allí, la delegación albiceleste había obtenido 15 medallas, siendo 4 de oro, 5 de plata y 6 de bronce.
En cuanto a los logros argentinos en capital francesa, Brian Impellizzeri e Iñaki Basiloff ganaron medallas de oro en salto en largo T37 y en los 200m medley SM7, respectivamente. Hernán Urra, en lanzamiento de bala, Alexis Chávez, en los 100 metros llanos, y Los Murciélagos, que no pudieron superar a Francia en la final, se quedaron con las tres medallas de plata.
Los ocho bronces llegaron de la mano de Alexis Chávez en los 400m T36, Fernando Vázquez en salto en largo T12, Antonella Ruiz Díaz en lanzamiento de bala F41, Paula Gómez en judo, Iñaki Basiloff en 400 metros libre S7, Juan Samorano en la categoría K44 70kg de taekwondo, Rodrigo Romero y Stefania Ferrando en la categoría BC3 de boccia, y Gustavo Fernández, el tenista sobre silla de ruedas más importante del país y ganador de ocho Grand Slams, quien alcanzó la medalla después de ganarle el partido por el tercer puesto al español Martín de la Fuente por 6-1 y 6-2.
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Antonella Ruiz Díaz, medalla en París 2024.
A pesar de tratarse de una de las mejores actuaciones de los últimos años, deportistas y exdeportistas no bajan la vara y exigen mayor difusión, presencia e inversión para estar a la altura de las máximas potencias del mundo.
Ariel Quassi, exnadador paralímpico y actual entrenador de natación, analizó el presente de la actualidad paralímpica y definió a estos juegos como “históricos”. Sobre ello, puntualizó que “la estructura está pensada en base al deporte convencional, se trata, con mayor o menor interés, de acoplar al deporte paralímpico adaptado, algo que no siempre se cumple. Estamos mejor que cuando empecé, pero todavía falta para alcanzar una igualdad de condiciones real”.
Es por eso que para Quassi, “los resultados terminan tomando más relevancia porque no están equiparados”. En ese sentido analizó que “a pesar de la incertidumbre con la que arrancó el año a nivel deportivo, se está generando una inercia que deberíamos tratar de mantener, que es el hecho de tener dos deportes madres sean los que aportan siempre. Hablo de la natación y el atletismo, lo que me parece que hay que cuidar. Y después también aprovechar la aparición de una pluralidad de deportes que termina sorprendiendo”.
Brian Impellizzeri, uno de los medallistas de oro de estos Juegos, más allá de mostrarse feliz y conforme por su logro, remarcó la importancia de prepararse conscientemente. Luego de la realización de un cambio estructural a nivel corporal para evitar lesiones desde su participación en Tokyo, opinó que el ADN argentino no permite que los resultados los frenen: “Los objetivos son superarnos a nosotros mismos y obtener los mejores resultados de competencia”.
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El santafesino ganó en la clase T37.
Pero, para ello, también es necesario que haya mayor difusión para contagiar y alcanzar al ámbito privado, los que cuentan con la pata de la mesa que falta para que el deporte paralímpico y adaptado se termine de asentar.
“Soy doble medalla olímpica y campeón del mundo, no llevar sponsor o algo privado a un torneo, así es complicado y te posiciona distinto. Lo logrado y hecho es a pulmón. La gran mayoría está todo costeado por nosotros, pero afortunadamente desde la Secretaría de Deportes y el ENARD nos financian los viajes para tener competencia y roce en otros países”, confesó Impellizzeri.
Al igual que ocurre con los deportes convencionales, al espectro paralímpico y adaptado se le brinda un tratamiento distinto alrededor del mundo comparado con deportes como el fútbol, tenis, o bien el básquet. “Depende de los países, pero acá es donde ves la verdadera diferencia. Muchos de ellos cuentan con equipos de prensa, de difusión o son los mismos atletas los que nos cuentan que salen en todos los canales de televisión y la gente se engancha con lo que hacen”, lamentó el atleta al toparse con esa realidad en la Villa Olímpica y teniendo en cuenta lo que ocurre en nuestro país.
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El paraatleta había sido plata en Tokyo 2020.
Este pareciera ser el punto de partida: una difusión que permita una captación de talentos temprana, más prolija y planificada para poder brindarle a los deportistas las herramientas que necesitan para llegar al alto rendimiento al 100%. O al menos, con condiciones algo más equitativas respecto de los mejores países del mundo.
Sobre ello, Quassi desde su lugar evaluó que “los entrenadores tienen un trabajo extremadamente vocacional y muy a pulmón porque los recursos a disposición son muy pocos. Se hace el reclutamiento en base a esas herramientas, que al final son escasas”.
“Estoy convencido de que estos resultados ayudan mucho porque le dan visibilidad al deporte, así que hay que aprovechar estos resultados para se pueda potenciar el conocimiento en el deporte paralímpico”, concluyó.
Impellizzeri, que todavía tiene una larga carrera como deportista por delante, encontró un lugar de coincidencia con Quassi y también puso el foco en el desarrollo, adjudicando la posición en el medallero a esta cuestión: “La delegación argentina mejoró porque se está apostando más en desarrollo, se mejoró la estructura para poder captar chicos que se formen profesionalmente dentro las condiciones adecuadas. En otros momentos no se apostaba tanto, pero por ejemplo en este torneo hubo muchos chicos nuevos que demostraron tener potencial para poder competir”.