La ubicación del router de WiFi dentro del hogar resulta un factor determinante para la calidad de la conexión a internet, marcando la diferencia entre una red estable y una experiencia con interrupciones o baja velocidad. En muchos casos, un mal posicionamiento provoca frustración por un servicio deficiente, aun cuando se cuente con un plan de alta velocidad.
Uno de los errores más frecuentes consiste en colocar el módem cerca de ciertos electrodomésticos. El ejemplo más destacado es el horno microondas, cuyo funcionamiento genera interferencia electromagnética que afecta directamente las ondas de radio de la señal inalámbrica.
La interferencia de dispositivos como el microondas puede afectar significativamente el rendimiento de la red. Según información de la compañía AT&T, la señal inalámbrica del WiFi puede ver reducida su velocidad hasta en un 50% si el router se ubica demasiado cerca de estos aparatos, impactando negativamente la navegación y el streaming.
El electrodoméstico que más afecta la calidad de la señal de WiFi en el hogar es el horno microondas. Este aparato, presente en la mayoría de las cocinas, opera en un rango de frecuencia que interfiere directamente con la estabilidad de la red inalámbrica, especialmente cuando el router se encuentra cerca.
La interferencia surge porque tanto el microondas como muchos routers WiFi utilizan la banda de 2.4 GHz. Al calentar alimentos, el microondas emite radiación electromagnética que se superpone a la señal del WiFi, provocando un choque de ondas y afectando la transmisión de datos.
La cercanía del router al microondas puede generar problemas graves en la navegación. Según AT&T, esta interferencia puede reducir la velocidad de la señal hasta en un 50%, causando lentitud, interrupciones, streaming con cortes y una degradación general del servicio de internet.
Aunque la interferencia es más evidente cuando el microondas está encendido, ubicar el router en la cocina o en habitaciones contiguas representa un error estratégico. La cocina presenta obstáculos y fuentes de ruido eléctrico, lo que la convierte en un lugar poco adecuado para instalar el dispositivo que distribuye internet.
El problema se intensifica si el microondas es antiguo. Con el tiempo, el aislamiento y los sellos de la puerta pueden deteriorarse, provocando pequeñas fugas de radiación electromagnética que afectan la red WiFi cercana e incluso a dispositivos Bluetooth que operan en la misma banda.
Para reducir esta interferencia, los especialistas recomiendan reubicar el router en un lugar céntrico y elevado del hogar, lejos de la cocina, paredes gruesas, objetos metálicos y del microondas, permitiendo que la señal se propague de forma uniforme y eficiente.
Otra alternativa efectiva, si el equipo lo permite, consiste en cambiar la frecuencia del WiFi a la banda de 5 GHz. Aunque esta banda tiene menor alcance, es mucho menos sensible a las interferencias de electrodomésticos como el microondas, ofreciendo una conexión más estable y rápida para los dispositivos compatibles.