La seguridad digital es un tema muy importante en tiempos donde buena parte de la vida cotidiana de los usuarios de internet pasa por la pantalla del celular o la computadora. Para evitar caer en estafas o hackeos, hay ciertos comportamientos que es mejor dejar de lado cuanto antes.
Tener un antivirus o una conexión estable no garantiza protección total. En la mayoría de los casos, los delincuentes digitales aprovechan errores comunes de los propios usuarios para acceder a cuentas bancarias, redes sociales o servicios de pago.
Por eso, además de contar con herramientas de seguridad, es muy importante revisar los hábitos cotidianos al navegar. Hay acciones que, por costumbre o distracción, se siguen realizando sin notar que son una puerta de entrada directa a los ciberataques.
Abrir archivos y enlaces de correos dudosos o mensajes no solicitados
El phishing sigue siendo una de las estrategias más usadas por los ciberdelincuentes. Correos o mensajes con archivos adjuntos o links falsos pueden parecer legítimos, pero esconden virus o sistemas diseñados para robar datos personales.
Siempre que se reciba un mail de una fuente desconocida o con pedidos extraños, la mejor decisión es ignorarlo o denunciarlo. Nunca hay que descargar documentos ni ingresar a enlaces si no se está completamente seguro de su origen.
Compartir datos personales en formularios o juegos virales
Responder a encuestas o desafíos virales en redes puede parecer inofensivo, pero muchas veces esas preguntas buscan obtener información sensible como posibles claves o respuestas de seguridad. Es así que se suelen ver preguntas relacionadas al color favorito o al nombre de la mascota. Si bien parecen detalles menores, pueden ser utilizados para suplantar la identidad o acceder a las cuentas.
Abrir el homebanking o billetera digital desde redes Wi-Fi públicas
Conectarse a redes abiertas en lugares públicos es una práctica habitual, pero también es una de las más riesgosas. Este tipo de conexiones pueden ser monitoreadas fácilmente por terceros malintencionados.
Por eso, es muy importante evitar ingresar al homebanking o realizar pagos cuando se está conectado con una red Wi-Fi gratuitas de aeropuertos, cafés o centros comerciales. Se recomienda usar estas redes solo para actividades generales y no sensibles.
Descargar apps de sitios no oficiales y no revisar los permisos otorgados
Descargar aplicaciones desde fuentes no confiables es otra puerta directa a posibles hackeos. Es fundamental utilizar siempre las tiendas oficiales como Google Play o App Store para reducir riesgos. Además, muchas apps piden permisos innecesarios, como tener acceso a la cámara, al micrófono o a los contactos sin que eso tenga que ver con su función. Si algo no cierra, es mejor no instalarla o revisar a fondo los permisos otorgados.
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Reaccionar de inmediato ante mensajes que generen alarma
Una estrategia común entre los estafadores es generar urgencia para que se tomen decisiones impulsivas. Un supuesto premio, una deuda o un familiar en peligro pueden ser excusas para que se revele información personal o se haga una transferencia.
En esos casos, se recomienda frenar, verificar con calma quien escribió y comprobar si la situación es real. Tomarse unos minutos puede evitarse un mal rato.
Repetir contraseñas ni usar combinaciones obvias
Utilizar la misma clave en todos tus accesos o elegir contraseñas fáciles de adivinar es una de las prácticas más peligrosas. Si una sola cuenta es vulnerada, las demás quedan al alcance de los atacantes. Lo ideal es usar combinaciones distintas, largas y difíciles de descifrar. Los gestores de contraseñas pueden ayudarte a organizar todo de forma segura y sin tener que recordarlas todas de memoria.