Cotidianamente, los dispositivos móviles se enfrentan a nuevas amenazas de seguridad. En los últimos días, se dio a conocer los detalles de un sistema de espionaje que permite a los atacantes captar conversaciones sin necesidad de acceso directo. Investigadores descubrieron que los auriculares con cable pueden actuar como antenas, facilitando la captura y reconstrucción del sonido emitido por teléfonos y computadoras.
Este método, denominado Periscope, se basa en la radiación electromagnética generada por los dispositivos al procesar audio. Mediante herramientas informáticas, los hackers pueden interceptar estas señales y transformarlas nuevamente en sonido, lo que representa un riesgo potencial en entornos donde se maneja información sensible.
Los hallazgos dan cuenta que la señal captada por los auriculares puede ser amplificada y reconstruida con un margen de error mínimo. Aunque la técnica fue desarrollada en un entorno de prueba, ya despertó la preocupación de empresas tecnológicas y expertos en ciberseguridad.
Los auriculares del celular, la nueva vía de los hackers
Investigaciones recientes demostraron que los auriculares con cable pueden ser utilizados como una herramienta para espiar conversaciones. Debido a su capacidad para amplificar la radiación electromagnética generada por teléfonos y computadoras, estos accesorios pueden convertir señales digitales en ondas que los atacantes pueden captar a una distancia de hasta 15 metros.
El proceso de interceptación no requiere acceso físico al dispositivo. Alcanza con que el celular o la computadora esté transmitiendo audio para que la señal sea captada y procesada por un software especializado. Aunque la señal original no es perfecta, puede limpiarse de distorsiones y ruidos, logrando una reproducción clara del sonido con un margen de error de apenas 7,44%.
Los investigadores que descubrieron esta vulnerabilidad alertaron a fabricantes como Apple, Huawei, Lenovo y Dell, destacando la urgencia de implementar medidas de protección. Hasta el momento, Huawei fue una de las primeras en trabajar en soluciones para mitigar este riesgo.
Si bien la técnica se probó en un entorno controlado y no se detectó hasta el momento su uso por parte de hackers, la posibilidad de que esta vulnerabilidad sea explotada en situaciones reales pone en alerta a expertos en ciberseguridad. Escenarios como reuniones privadas o llamadas con información confidencial podrían estar expuestos a este tipo de espionaje sin que los usuarios sean conscientes del peligro.