Una fatiga constante y un síntoma inesperado la hizo ir al médico y el diagnóstico cambió todo: qué pasó

A partir de ese momento, su vida dio un giro inesperado, con estudios y decisiones que marcaron un antes y un después en su rutina.

  • Andrea Henderson, una mujer de 41 años y madre de cuatro hijos, descubrió un cáncer de mama HER2 positivo luego de notar un sangrado en el pezón, tras meses de fatiga y dolor que habían sido atribuidos al estrés.
  • El diagnóstico llegó después de que los médicos detectaran un pequeño bulto bajo su pezón izquierdo, lo que derivó en una mastectomía, cirugía reconstructiva y tratamiento intensivo.
  • Henderson compartió su experiencia para visibilizar el impacto físico y emocional de la enfermedad, destacando que “la verdadera belleza no tiene nada que ver con lo que ves en el espejo”.
  • Hoy impulsa campañas de concientización sobre el control mamario y la detección temprana, alentando a las mujeres a prestar atención a los signos del cuerpo y exigir una evaluación médica oportuna.

Lo que comenzó como un simple cansancio terminó convirtiéndose en una historia médica que nadie esperaba. Una mujer decidió acudir al médico después de experimentar una fatiga persistente que no lograba explicar y un síntoma que la tomó completamente por sorpresa.

Casos como este evidencian la importancia de prestar atención a las señales del cuerpo y no subestimar los síntomas, por más pequeños que parezcan. Lo que para muchos podría pasar como una molestia pasajera, en ocasiones es el primer aviso de un problema más profundo que requiere atención profesional.

Qué descubrió la mujer que tenía una fatiga constante y un sangrado que la hizo ir al médico

-Andrea Henderson

Andrea Henderson, una mujer de 41 años oriunda de Northumberland, Inglaterra, y madre de cuatro hijos, llevaba una vida acelerada cuando su cuerpo comenzó a enviarle señales que no podía seguir ignorando.

Durante más de un año convivió con un dolor punzante en el pecho y una fatiga persistente, síntomas que su médico atribuyó al estrés de la rutina familiar. Pero todo cambió una mañana: al salir de la ducha, notó que su pezón sangraba. Ese signo de alarma la llevó a pedir atención médica inmediata.

El profesional que la atendió detectó un pequeño bulto bajo su pezón izquierdo, del tamaño de un grano de arroz. Recién entonces, tras el sangrado, su caso comenzó a ser tratado con la urgencia que merecía. Las pruebas confirmaron el diagnóstico: cáncer de mama HER2 positivo, una variante agresiva que representa cerca del 15 % de los casos. Henderson fue sometida a una mastectomía y a una cirugía reconstructiva, además de iniciar un tratamiento intensivo con quimioterapia y terapia hormonal a largo plazo.

Con una mezcla de fortaleza y vulnerabilidad, Andrea reflexiona sobre el proceso que transformó su vida y su percepción de la belleza. “Perder un seno te obliga a entender que la verdadera belleza no tiene nada que ver con lo que ves en el espejo”, expresó. Hoy, mientras continúa su tratamiento, busca generar conciencia entre las mujeres jóvenes sobre la importancia de realizarse controles mamarios de manera regular y no minimizar las señales del propio cuerpo.