Unas horas después del doble femicidio en Córdoba que conmociona al país, salieron a la luz una serie de posteos escalofriantes y premonitorios de Luna Giardina, madre del niño secuestrado y ya liberado por las autoridades, que reflejan el terror que vivía a causa de su expareja y presunto asesino, Pablo Laurta.
Un historial de denuncias y una huida desesperada
El miedo de Luna estaba fundamentado en un historial de violencia extrema. Hace tres años, había logrado escapar de Uruguay y refugiarse en Córdoba con su hijo después de denunciar a Laurta por haber intentado ahorcarla.
En esa denuncia, la joven relató un calvario de abusos físicos y psicológicos: "Desde que comenzamos la relación, me manipula y me obliga a hacer cosas que no quiero... No me dejaba trabajar, tener redes sociales ni teléfono. Cuando estaba embarazada me pegaba cachetadas que decía que ‘no eran golpes’ porque no eran fuertes".
El terror de Luna se alimentaba de la actividad de Laurta en redes, donde se vinculaba a grupos antifeministas como "Varones Unidos" y justificaba la violencia machista. "Lo que más miedo me da", declaró Luna en su denuncia, "es que hace pocas horas publicó en Twitter una noticia de un hombre que mató a su exesposa y comentó: ‘Lo sorprendente es que esos desenlaces no sean todavía más comunes’".