El exviceministro de Economía Gabriel Rubinstein emitió fuertes críticas contra la solidez del actual plan económico del Gobierno, al asegurar que factores geopolíticos externos tienen mayor peso que las decisiones domésticas. En un contundente análisis, afirmó que "hoy las decisiones de (Donald) Trump y (Sott) Bessent son más importantes que las de (Javier) Milei".
El economista destacó que la dependencia de Argentina a la ayuda financiera externa expone la fragilidad intrínseca del programa de Luis Caputo. Según Rubinstein, el sostenido apoyo de Washington no hace más que evidenciar la debilidad del plan, dada la necesidad constante de inyecciones de liquidez para evitar mayores turbulencias en el mercado.
Rubinstein especificó que, sin esta asistencia crucial, refiriéndose a la compra de pesos y el swap de u$s20.000 millones, el Gobierno se habría visto forzado a implementar medidas de emergencia. Esto habría incluido el posible recurso a controles de capital más estrictos o la declaración de feriados cambiarios como mecanismos desesperados para contener la situación hasta los comicios, ante la incapacidad de cubrir las necesidades de divisas.
Al rememorar los momentos de mayor tensión, el exviceministro de Sergio Massa describió la crítica situación que llevó a la intervención estadounidense. En diálogo con radio Milenium, Rubinstein relató: "Perdieron mil millones de dólares en tres días. Yo pensaba, ¿qué van a hacer? Bueno, un nuevo cepo fuerte, que es una muy mala noticia. ¿Devaluar ahora? No. ¿Soltar el tipo de cambio adelante en las elecciones? No".
Esta coyuntura límite lo llevó a sostener que la falta de solidez del programa se hizo palpable. "La situación era sumamente crítica. Entonces, ningún programa es sólido si vos necesitas que venga un rescate de último momento", consideró.
El economista fue enfático al describir la gravedad del escenario previo a la ayuda: "Si no había rescate del Tesoro americano, se iba todo el diablo. Estábamos al borde del colapso, en plena corrida, al borde del precipicio. Ya el dólar estaba tocando el techo de la banda y se estaban vendiendo mil millones de dólares. Todo El panorama era malo".
Finalmente, Rubinstein advirtió sobre las implicaciones políticas y financieras futuras, señalando que la intervención fue un "logro político, ante el fracaso del plan", pero también manifestó que el soporte financiero de Estados Unidos cesaría en caso de una derrota del oficialismo en las próximas elecciones, lo que agravaría aún más la perspectiva económica.