Los ventiladores de pie son aliados incondicionales en los meses de verano, ya que resultan más económicos que un aire acondicionado y pueden llevarse con facilidad de una habitación a otra. Pero también es cierto que, una vez que se rompen o quedan viejos, se convierten en un estorbo.
La mayoría terminan en el contenedor de basura o en la vereda, esperando a alguien que quiera llevárselos. Sin embargo, no hace falta tirarlos: con algo de maña y pocos materiales, podés convertir tu ventilador viejo en una lámpara hermosa que decora cualquier ambiente de tu casa.
Necesitás muy pocos elementos: la parte de las aspas y la rejilla del ventilador, pintura en aerosol y un juego de luces nuevo. Esta es una manualidad fácil y rápida, que puede quedar lista en solo una tarde y le da un aspecto mucho más elegante y completo a una habitación.