Julieta Silva, que en 2018 fue condenada por atropellar y matar a su pareja en San Rafael, Mendoza, volvió a quedar detenida este jueves acusada de haber golpeado a su actual esposo, con quien tiene una hija de un año.
Juliana Silva recibió una condena de 3 años y 9 meses por el crimen de Genaro Fortunato y ahora fue imputada por lesiones leves agravadas por el vínculo. Solicitaron prisión domiciliaria.
Julieta Silva, que en 2018 fue condenada por atropellar y matar a su pareja en San Rafael, Mendoza, volvió a quedar detenida este jueves acusada de haber golpeado a su actual esposo, con quien tiene una hija de un año.
La fiscalía la imputó por lesiones leves agravadas por el vínculo y solicitó su detención bajo el régimen de prisión domiciliaria, controlada mediante una tobillera electrónica.
La causa se originó a partir de una denuncia realizada por el hombre, quien manifestó haber sufrido agresiones físicas por parte de Silva. Según informó la Fiscalía de Instrucción N°2 de San Rafael, cuando la policía acudió al domicilio, pudo constatar que el denunciante presentaba lesiones visibles. Ante esa evidencia, se le prohibió a Silva acercarse a su pareja mientras se avanzaba con pericias médicas y la toma de declaraciones.
Tras recolectar los primeros elementos probatorios, el Ministerio Público formalizó la imputación. Paralelamente, la acusada también presentó una denuncia en la Unidad Fiscal de Género, que fue incorporada a la investigación en curso.
Julieta Silva fue condenada en septiembre de 2018 a tres años y nueve meses de prisión por el delito de homicidio culposo agravado. El fallo se dio luego de que la Justicia determinara que, en 2017, atropelló y mató con su auto a Genaro Fortunato, su entonces pareja, a la salida de un boliche en San Rafael.
Según la reconstrucción judicial, Silva pasó por encima del joven rugbier con su vehículo en un episodio marcado por una fuerte discusión previa. La defensa alegó que no lo había visto tirado en la calle debido a la oscuridad y la lluvia. Sin embargo, el tribunal consideró que había existido negligencia y descartó la intención directa de matar.
Tras cumplir parte de su condena en prisión, Silva accedió a la libertad condicional. Hoy, vuelve a quedar en el centro de una causa judicial, esta vez vinculada a un nuevo hecho de violencia en el ámbito familiar.