El rover Perseverance ha enfrentado desafíos significativos durante el mes de junio al llegar a una zona del Neretva Vallis, en el cráter Jezero, repleta de rocas y dunas. En este lugar, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) identificó una roca peculiar de color blanco.
Dado que el rover no es particularmente ágil y los científicos deben evitar que vuelque o se atasque en la arena, avanza con extrema lentitud, cubriendo menos de 200 metros cada 24 horas. Se planifican cuidadosamente rutas de 30 metros según las imágenes de las cámaras y el sistema de autonavegación del Perseverance.
Sin embargo, es sorprendente lo útil que viene siendo para nuevos desafíos llevados a cabo por la NASA.
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Piedras NASA
NASA/JPL-Caltech/ASU/MSSS
El 9 de junio pasado, mientras se dirigía hacia una zona conocida como Ángel Brillante, el rover de la NASA pasó cerca del Monte Washburn y avistó algo inusual: una roca blanca en medio de un mar de piedras negras.
Es poco común encontrar rocas claras en Marte, y esta es la primera con estas características, considerada un verdadero tesoro geológico.
La roca incluso tiene un nombre propio: Punto Atoko. Según la NASA, tiene aproximadamente 45 centímetros de ancho y 35 de alto.
Los análisis realizados por los instrumentos SuperCam y Mastcam-Z de Perseverance indican que está compuesta por minerales como piroxeno y feldespato.
Los geólogos ahora se preguntan cómo esta roca llegó a este lugar. Claramente, no se parece al resto de las rocas de color pizarra que la rodean, y no se trata de un meteorito. Algunos científicos del equipo de Perseverance especulan que podría haberse formado en el magma interior del planeta y luego llegar a la superficie en algún momento de la historia marciana.