Mantener la cocina limpia puede parecer una tarea difícil, especialmente cuando aparecen marcas de agua, grasa o residuos de alimentos. Sin embargo, con el truco correcto, es posible devolverle su brillo original sin gastar horas ni productos costosos. Descubrí un método fácil para eliminar manchas y tener la bacha de tu cocina siempre reluciente y como nueva.
Incorporar este tip a tu rutina de limpieza te permitirá disfrutar de un espacio más higiénico y estético sin gastar demasiado tiempo ni dinero. Además, al usar ingredientes naturales, evitas químicos agresivos, cuidando tu salud y el medio ambiente.
La cocina es uno de los espacios más usados de la casa, donde pasamos gran parte del día preparando alimentos, compartiendo momentos y realizando tareas diarias. Por eso, es clave mantenerla higienizada, no solo para que luzca impecable, sino también para prevenir bacterias y garantizar un espacio seguro para cocinar y compartir. Una limpieza regular y eficiente de superficies como la bacha, la mesada y los utensilios no solo mejora la estética del lugar, sino que también protege la salud de toda la familia y facilita las tareas cotidianas.
Así es el truco para limpiar la bacha y que se mantenga reluciente
Para empezar, mezcla bicarbonato de sodio con un poco de vinagre blanco hasta formar una pasta. Esta combinación es ideal para descomponer las manchas difíciles y la acumulación de sarro. Aplica la pasta sobre toda la superficie de la bacha y deja actuar durante unos 10-15 minutos. El efecto efervescente ayudará a levantar la suciedad incrustada sin dañar el material.
Después de dejar actuar la pasta, frota con una esponja suave haciendo movimientos circulares. Evita usar estropajos metálicos, ya que pueden rayar la superficie. Notarás cómo las manchas desaparecen progresivamente y el acero inoxidable o la cerámica recuperan su brillo natural. Para manchas más resistentes, repite el procedimiento concentrándote en esas áreas.
Una vez que la bacha esté limpia, enjuágala con abundante agua tibia y seca con un paño suave. Este último paso es clave para evitar la formación de nuevas marcas de agua y mantener el brillo por más tiempo. Además, limpiar la bacha de manera regular previene la acumulación de bacterias y malos olores.