La historia de Candelario: Pasó de ser entrenador físico a no poder moverse
Carlos J. Martín Candelario, conocido cariñosamente como Cande, es un entrenador de lucha y boxeo muy querido por su comunidad.
Su vida cambió abruptamente el 5 de septiembre, cuando fue diagnosticado con el Síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad que paralizó el 95% de su cuerpo en menos de un día.
A pesar del impacto, el diagnóstico temprano permitió a los médicos proyectar un pronóstico favorable, aunque la recuperación podría extenderse por varios meses o hasta un año.
Con actitud positiva, Cande manifestó su fe y esperanza en una recuperación completa, destacando el apoyo de su entorno y su confianza en volver a estar plenamente activo.
Durante años, su vida giró en torno al deporte, la disciplina y el esfuerzo físico. Entrenaba a atletas de alto rendimiento y conocía de cerca lo que implicaba superar los propios límites. Sin embargo, un diagnóstico inesperado cambió radicalmente su realidad, enfrentándola a un desafío completamente distinto al que estaba acostumbrada.
La noticia llegó de manera repentina y transformó su día a día. Pasó de estar rodeada de movimiento, rutinas y competencia, a tener que adaptarse a una nueva forma de vida en la que la movilidad se volvió una dificultad constante. Hoy, su relato inspira a muchos y deja al descubierto la importancia de la salud y la capacidad humana de reinventarse ante la adversidad.
Qué le sucedió al entrenador de alto rendimiento que recibió un diagnóstico inesperado
-Carlos J. Martín Candelario
Candelario, a quien sus alumnos y allegados llaman afectuosamente “Cande”, es reconocido por su amplia experiencia en lucha y boxeo, además de su talento artístico y su carácter inspirador. Su humildad, buen humor y disposición para ayudar lo convirtieron en una figura muy querida dentro y fuera del gimnasio. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando un repentino síntoma alteró por completo su cotidianidad.
El pasado viernes 5 de septiembre, el coach Carlos J. Martín Candelario fue diagnosticado con el Síndrome de Guillain-Barré, una afección que paralizó el 95% de su cuerpo de manera súbita. “Esta condición prácticamente paraliza mi cuerpo, dejándome con solo la capacidad de mover la cabeza y hablar. Llegó sin previo aviso, sin síntomas graves, y en menos de 24 horas pasé de estar bien y activo a no poder moverme”, relató.
A pesar de la gravedad del cuadro, el diagnóstico temprano permitió un pronóstico alentador. Los médicos confían en una recuperación total, aunque el proceso podría extenderse durante meses o incluso un año. “Me dijeron que tengo grandes posibilidades de sanar al 100%. Será un camino largo, pero mantengo la fe y la esperanza. Con la ayuda de Dios y de todos ustedes, estoy seguro de que saldré adelante”, expresó Candelario con optimismo.