A 10 días del asesinato de la nena de 8 años Aralí Vivas en la localidad cordobesa de Brinkmann, la Justicia agravó las imputaciones de dos de los tres detenidos por la muerte de la menor. La pena que podrían recibir es prisión perpetua.
El padrastro de la víctima y un amigo, al igual que la madre, fueron acusados por presunto homicidio calificado por el vínculo.
A 10 días del asesinato de la nena de 8 años Aralí Vivas en la localidad cordobesa de Brinkmann, la Justicia agravó las imputaciones de dos de los tres detenidos por la muerte de la menor. La pena que podrían recibir es prisión perpetua.
El fiscal Oscar Grieco dispuso que Matías Ezequiel Simeone, el padrastro de la víctima y su amigo Cristian Hernán Varela sean imputados como coautores del delito de homicidio calificado por el vínculo. Antes estaban acusados por el delito de homicidio simple.
En cuanto a la mamá, Rocío Milagros Rauch, sigue detenida y está acusada por presunto homicidio calificado por el vínculo. Para la fiscalía, la nena era abusada de manera sistemática y se buscó disfrazar su muerte incendiando la casa en que vivía.
El cambio se debe a la escucha de varios llamados telefónicos entre los tres acusados, tanto antes como después de la madrugada del 2 de noviembre cuando se incendió la casa donde se encontró a la víctima sin vida. La autopsia reveló que la niña había sufrido un traumatismo craneal y descartó la muerte por inhalación de humo.
Simeone, tiene antecedentes por violencia de género, y se defendió diciendo que no estaba en la vivienda en el momento del siniestro, pero su coartada fue puesta en duda por la fiscalía. Según fuentes policiales, la madre de la menor podría haber estado ausente de su hogar por días y en situación de consumo de drogas.
Según el informe forense, la muerte de la nena se produjo sobre la medianoche del viernes 1° de noviembre, unas 14 horas antes de que los policías hallaron el cuerpo de la niña.