En un fallo sin precedentes en San Luis, la Justicia condenó a Diego Oliveri a dos años y tres meses de prisión efectiva por difundir sin consentimiento un video íntimo de su expareja, Gabriela Fernández Aberastain, en lo que constituyó un juicio emblemático por sextorsión y violencia digital. El material había sido grabado durante la relación sentimental, pero viralizado tiempo después de la separación, en 2020.
La mujer, de 41 años, dialogó este domingo con Néstor Dib y el equipo de Mañanas Argentinas en C5N, donde destacó que "esto marca un precedente que es histórico, porque más allá de la opinión que puedas tener con respecto a enviar o no una foto, es un mensaje importante para no reenviar algo que no te pertenece, porque le estás destruyendo la vida a alguien". "Y, si no te importa, al menos tené en cuenta que ya hay alguien preso por hacerlo", añadió.
Durante el proceso judicial, se comprobó que Oliveri difundió el video a través de redes sociales, grupos de WhatsApp y páginas pornográficas. La viralización fue detectada por la propia víctima cuando recibió una notificación en su celular: el contenido había sido enviado a su hijo de 9 años vía Instagram. Afortunadamente, gracias al control parental, el niño no llegó a verlo.
"En realidad no es un video que salgo teniendo intimidad con él. Era un video impublicable donde yo salgo expuesta en mi desnudez. Él viajaba mucho, entonces teníamos sexting y yo le mandé ese video donde yo salgo expuesta", precisó.
Gabriela Fernández Aberastain campeona fitness San Luis
Gabriela Fernández Aberastain triunfó en el Campeonato Nacional de fisicoculturismo y Fitness tras separarse de Oliveri.
El caso le provocó a Gabriela graves trastornos. "Tuve amargura y depresión, síntomas físicos de todo tipo. Yo trabajaba dando clases ¿quién va a permitir que esté frente a una clase de niños una mujer que estaba vinculada a este escándalo? Sufrí un estigma, porque yo no pude dar más clases en ningún lado, no tenía posibilidad de trabajo porque era sinónimo de burla y prejuicios", relató.
"El sexting es una práctica muy habitual, más ahora en la era digital donde los primeros vínculos se generan y crecen principalmente a través de los dispositivos. Es más común de lo que pensamos, lo que hizo esta persona es una canallada, porque yo no creo que ni ahora ni en 2020 yo haya sido la primera persona en el país que envió una foto o un video íntimo con quien era mi pareja de hace 3 años, con la cual convivíamos", añadió.
La mujer era además víctima de violencia. "Yo tenía una relación de violenta con él, terrible, sufrí todo tipo de violencia y de situaciones tristes y muy graves. Logré irme de su casa porque cuando una mujer está en un círculo de violencia así, no te puedes ir, pero porque no tenés los recursos psíquicos o intelectuales para hacerlo, que es lo que me sucedía a mí. Siempre te dicen, 'Si te pegan, ¿por qué no te vas?', pero la realidad es que no podés hacerlo, tenés pánico, la gente no te cree, él te convence de que no podés, de que no servís, de que no sos", describió.
Gabriela Fernández Aberastain San Luis víctima sextorsion
Gabriela Fernández Aberastain celebró el fallo sin precedentes en San Luis.
"Logré escaparme, buscar ayuda, salir adelante, rehacer mi vida, tanto así que en diciembre de 2019 competí en fitness y fui campeona. Ahí expuse en una nota que me habían premiado el cuerpo, pero en realidad lo que tendrían que premiar era mi fuerza de voluntad, que retomé con mi amor propio, porque había podido salir de ese infierno y hacer algo por mí. Eso me devolvió el valor. Y eso desató su locura, porque acá en San Luis todo el mundo sabía que él era mi ex. Entonces lo expuse como violento y bueno, con el ego herido, hizo lo que hizo", explicó.
En ese marco, contó que "él ya estaba en pareja con otra mujer y empezaron a hostigarme, primero a enviarle el video a quien era mi pareja en ese momento hasta que el 13 de abril de 2020 me viralizaron de una manera feroz porque enviaban el video, mi perfil de Instagram, mi nombre, fotos, a todo el mundo: familiares, amigos, grupos de trabajo de la escuela, los padres de los hijos de mi escuela, fue masivo, impresionantemente terrible, destructivo para mí".
En cuanto a la mujer, hoy expareja de Oliveri, Gabriela desistió en su denuncia y ella quedó absuelta. "Sufría mucha violencia, dijo que había sido instigada, que no midió las consecuencias de lo que había hecho. Yo también estuve en ese lugar, cuando una persona está en un círculo de violencia, estás trastornada. Esa es la verdad. La diferencia es que yo no cometí ningún delito. También dijo lo de la reparación, me pareció importante y también sobre todo por mi salud física y mental que yo necesito terminar con el odio", expresó.