El Chagas es el interés de médicos, investigadores y personas que buscan informar para derribar ideas erróneas sobre el tema y, por sobre todo, buscan una solución. “Es invisibilizada, para resolverlo tiene que estar en agenda y debe haber políticas públicas basadas en decisión política”, subrayó en diálogo con C5N.
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Camila Alonso Suarez
En esa línea, Mariana Sanmartino, investigadora de CONICET y coordinadora del grupo ¿De qué hablamos cuando hablamos de Chagas?", preponderó: "Visibilizar e interpelar a la mayor cantidad posible de personas que quieran escuchar sobre el tema".
Todo puede empezar por algo muy pequeño, como por ejemplo hacerse una análisis de sangre. "El 70% de las personas que tienen Chagas no desarrollan nunca la enfermedad, por eso hablamos de problemática de Chagas y no de enfermedad", explicó la especialista. Esto significa que el otro 30% puede desarrollar, en algún momento de su vida, incluso 20 o 30 años después de contraer el parásito, problemas cardíacos o digestivos.
En Argentina existe la Ley 26.281 de Prevención y Control de todas las formas de Transmisión de la Enfermedad de Chagas que se sancionó en el año 2007 y se reglamentó en el 2022, y que es fundamental para darle un marco de protección a las personas que se encuentran directa o indirectamente afectadas por el Chagas. Otra de las aristas de la problemática tiene que ver con lo difícil que es detectar el parásito, algo imposible sin una "búsqueda activa” mediante un análisis de sangre.
Pero más allá de la ley, lo más importante es ponerla en práctica. “La importancia de la presencia del Estado en esta problemática radica en que la idea de una Argentina sin Chagas es una idea que depende de las provincias, pero es fundamentalmente de la Nación, porque el vector no conoce de límites, por ello es necesaria la planificación y la mirada integradora con la totalidad del país”, definió Hernández.
El Programa Nacional de Chagas debe aportar medicamentos e insumos para las provincias para poder avanzar con la mirada nacional del control de la enfermedad. Hay dos medicamentos para su tratamiento, el benznidazol y el nifurtimox: el primero se produce en un laboratorio privado en Argentina y el Ministerio de Salud es su único cliente. Una vez adquirido se distribuye en las distintas provincias en base a los datos estadísticos de prevalencia de la enfermedad y de abordaje terapéutico que cada distrito está en condiciones de llevar adelante.
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Además, en la ley se incluye el testeo de niños al ingreso escolar primario y al egreso del mismo o ingreso al secundario. Es una manera de cortar el proceso en caso de no haber sido detectado previamente durante el embarazo de la madre. Y en caso de que hayan sido picados por la vinchuca parasitada, y por ende ser portadores del tripanosoma, en bebés, niños, niñas y adolescentes el Chagas se puede curar con el tratamiento oportuno.
Con la gestión del actual, hasta el momento se desconoce las cifras de casos y cómo se lleva adelante el programa. De hecho, existe un antecedente poco alentador de principios de año, cuando el Ministerio de Salud tuvo poca participación para el control de la epidemia de dengue que atravesó el país, atribuyendo la responsabilidad llevar adelante la fase operativa de las políticas de salud públicas directamente a las provincias.
Hernández remarcó que la cartera de Salud en la actualidad tiene "un rol fundamentalmente rector", esto implica que "las provincias tienen que hacer cargo de todas las actividades de los insumos, medicamentos, gestión y desde Nación la función es solamente normativa, de gestión y acompañamiento técnico, pero no realizando tareas".
"Esto en Argentina no funciona, y que funcione en algunas provincias va a depender de tantas decisiones políticas como gobiernos provinciales haya, cuando el problema es federal", advirtió.
Chagas en Argentina: cuál es la principal vía de transmisión
En diálogo con este medio, la médica infectóloga Susana Lloveras aseguró que “la forma más común de transmisión hoy es la vertical”, que ocurre durante la gestación o el parto de una persona con Chagas. Más importante resulta en estos casos el diagnóstico y tratamiento oportunos ya que “si se trata a una mujer en edad fértil, se pude disminuir a cero la posibilidad de transmisión vertical”.
“De los estudios serológicos en embarazadas entre el 1,5 y 2 por ciento de las mujeres embarazadas de todo el país son positivas de Chagas, por supuesto que hay provincias como el Chaco que tienen un porcentaje más alto y otras, como Tierra del Fuego, más bajo”, detalló Hernández.
"Tener una serología positiva no implica estar enfermo, simplemente lo que está implicando es que hay una infección por el Trypanosoma cruzi y tenemos que ver en qué estadio está", explicó la médica por lo que ante un paciente positivo, se mantiene un seguimiento para ver cómo evoluciona la infección y aclarar que "va a poder seguir haciendo su vida normalmente".
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En relación sobre si los equipos de salud están preparados para abordar esta problemática, aunque todavía falta falta capacitación: "Falta poner esta problemática en un mayor conocimiento para los equipos de salud y, en ofrecer más libremente el tratamiento”.
El tratamiento para Chagas dura 60 días, una vez finalizado se hace un seguimiento. Generalmente una vez por año, los pacientes tienen que se controlados para ver si tienen compromiso cardíaco con un electrocardiograma y estudios por imágenes, también se realiza un control digestivo. "En determinados pacientes, sobre todo en los niños pequeños puede llegar a ocurrir una negativización de la serología, que el estudio con el paso de los años se vuelve negativo", comentó Lloveras, aunque esto no ocurre en todos los casos.
¿Cómo se podría tratar la transmisión vertical en Argentina?
Según la experiencia de Hernández un posible camino para poder prevenir la enfermedad sería estudiar a todas las personas con capacidad de gestar, entre los 15 y 45 años, de manera que se pueda brindar tratamiento a aquellas personas con diagnóstico positivo. “Tendríamos casi un 100% de posibilidad de que no haya transmisión vertical y, por lo tanto, podríamos cortar el ciclo. Controlando y tratando a las personas antes de que ocurra el embarazo".
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Aunque “no es homogénea la dedicación de recursos, presupuesto y personal en todas las provincias, como así tampoco ha sido homogénea a lo largo de la historia la dedicación que la propia Nación ha tenido con respecto a esta problemática de salud”, cuestionó.
Por lo que para llegar a un control en su totalidad dependerá directamente de una decisión política firme desde el Ministerio de Salud de la Nación, ya que “es el que influye con sus políticas, aporte presupuestario y su propio equipo técnico en el avance del control en las provincias”.
En provincia de Buenos Aires, en 2023 se instrumentó el Programa Provincial de Prevención y Control de Chagas, que depende de la Dirección de Vigilancia Epidemiológica y Control de Brotes del Ministerio de Salud. Con el objetivo de “disminuir la morbimortalidad del Chagas en la población de la provincia, garantizando su detección precoz, la implementación del tratamiento y seguimiento adecuado”, explicó Teresa Varela, directora de vigilancia epidemiológica y control de brotes de PBA.
Resaltó, al igual que los demás especialistas, que se está atravesando “un cambio de paradigma y esto nos lleva a pensar nuevas estrategias para dar respuesta. Una de ellas es la de comunicación utilizando información que rompe con mitos instalados y utilizando las palabras adecuadas para romper con el estigma histórico”.
Este cambio de paradigma se debe al trabajo mancomunado de agrupaciones como "¿De qué hablamos cuándo hablamos de Chagas?", la asociación a la que pertenece Mariana, que brinda charlas y proyectos para visibilizar la problemática, orientadas hacia la "salud socio-ambiental", en la cual "convergen e interactúan componentes de diferente naturaleza".
"Hay que buscar visibilizar el tema y convocar a la mayor cantidad posible de personas que quieran escuchar sobre el tema y buscar más información", comentó Sanmartino, aunque aclaró que no hay que apelar al "discurso del miedo". Porque también el desconocimiento generalizado lleva a generar ciertas estigmatizaciones del Chagas, por eso es clave derribarlas mediante la difusión de información que ayuda a la no discriminación.
El testimonio de Ruth: "El Chagas no discrimina clase social, ni edad, ni origen"
Ruth se enteró hace un poco más de 10 años que tiene Chagas de casualidad, después de ir a donar sangre. "Me llegó una notificación que tenia algo reactivo", relató la joven, al llegar a ver a su médica la reacción de la profesional la tomó por sorpresa "se levanta, se pone atrás mío y me dice 'lo siento mucho pero tenés el Mal de Chagas'".
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Apenas la escuchó se sintió invadida por el miedo e inmediatamente recordó la historia de su tío, quién falleció por chagas tuvo un proceso muy difícil y no se quiso tratar: "Pensé que me iba a morir". A partir de ese momento su vida cambió y comenzó a buscar información primero sobre chagas y después sobre cómo se contagió. Con la ayuda de su médico infectólogo le hicieron un análisis de sangre a la mamá y dio positivo.
"Me di cuenta lo mal informada que estaba", añadió la joven ya que todo lo que suponía de la enfermedad no era del todo correcto. Ruth decidió hacer el tratamiento, a pesar de que el segundo mes surgieron varios síntomas adversos: "Yo no me podía curar por ser adulto, puedo cortar la transmisión si el día de mañana decidía tener un hijo o hija".
Producción y realización: Camila Alonso y Maini Golomb