El escenario de dunas en la Costa Atlántica -desde Costa del Este hasta La Frontera, en Pinamar- sigue siendo testigo de tragedias que revelan la falta de controles, la imprudencia y la carencia de educación vial.
El escenario de dunas en la Costa Atlántica, desde Costa del Este hasta La Frontera en Pinamar, sigue siendo testigo de tragedias que revelan la falta de controles, la imprudencia y la carencia de educación vial. La importancia y responsabilidad del rol familiar, la educación comunitaria y la presencia del Estado.
El escenario de dunas en la Costa Atlántica -desde Costa del Este hasta La Frontera, en Pinamar- sigue siendo testigo de tragedias que revelan la falta de controles, la imprudencia y la carencia de educación vial.
Incidentes recientes, como el choque fatal entre un motociclista y un cuatriciclo en Villa Gesell, el vuelco de un UTV en Costa del Este que cobró la vida de un turista, y el atropello de un chico por una joven en un vehículo todoterreno en La Frontera, evidencian una problemática mucho más grande que demanda atención urgente: la creciente inseguridad vial.
Las imágenes de menores al volante, en vehículos para los cuales no están habilitados, sin casco ni ningún tipo de protección, son alarmantes. En muchos casos, esta situación es avalada o incluso fomentada por los propios padres, quienes actúan como acompañantes o "copilotos", naturalizando prácticas que no solo infringen las normas viales, sino que también contradicen los principios básicos de cuidado y prevención.
Un reciente incidente puso en evidencia la gravedad del problema: un niño fue atropellado por una joven de 19 años que conducía un UTV (vehículos todoterreno más grandes que los cuatriciclos, y de moda en estas épocas). Aunque sufrió heridas leves, este hecho expuso una preocupante falta de regulación efectiva y la urgente necesidad de implementar medidas que prioricen la seguridad de todos los involucrados.
Las autoridades de Pinamar intentaron controlar la situación mediante controles en los accesos y la delimitación de corredores seguros en la zona de La Frontera. Sin embargo, para lograr un cambio sostenible en el tiempo, es necesario que las personas modifiquen su conducta.
La responsabilidad parental es un pilar fundamental para revertir este escenario. Los cuatriciclos y UTV no son vehículos adecuados para menores, ya que su uso está regulado por normativas específicas que exigen:
El incumplimiento de estas exigencias no solo pone en riesgo la vida de los niños, sino también la de otras personas que comparten el espacio. Cada decisión negligente contribuye al aumento de siniestros viales y a la inseguridad colectiva.
Por otro lado, las instituciones educativas y las comunidades locales tienen un papel esencial en la promoción de una cultura preventiva. Incorporar contenidos sobre seguridad vial en los programas escolares y desarrollar talleres específicos en zonas de alto riesgo puede ser clave para generar conciencia en las nuevas generaciones y sus familias.
Asimismo, el Estado debe asumir una posición más activa frente a esta problemática, a través de:
También resulta imprescindible desarrollar campañas de concientización masiva dirigidas tanto a residentes como a turistas, que refuercen el valor de la seguridad compartida y promuevan un cambio cultural que priorice la vida por encima del entretenimiento o la imprudencia.
La inseguridad vial en la Costa Atlántica no es un problema aislado, sino el reflejo de una falta de responsabilidad colectiva que demanda soluciones integrales. Según el último informe de gestión de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), publicado en 2023, reveló que ese año, se registraron más de 4.300 muertes por siniestros viales en Argentina. Estas estadísticas resaltan la magnitud del problema y la necesidad de implementar medidas efectivas para mejorar la seguridad vial en todo el país, incluyendo la Costa Atlántica.
Por ese motivo, solo a través de una combinación de medidas estatales, educación vial efectiva y el compromiso de las familias y comunidades será posible transformar este espacio en un lugar donde el disfrute y la seguridad puedan convivir. El desafío es claro: convertir la imprudencia en conciencia y la indiferencia en acción. La prevención no solo es una opción, es una necesidad impostergable.
Fernando Rodríguez es especialista en Derecho del Seguro.