El metacrilato es una sustancia sintética no autorizada para cirugías estéticas por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Sin embargo, en la práctica se utiliza como relleno inyectable; pero si se introduce en el torrente sanguíneo, puede ocasionar severas complicaciones como las que sufrió la actriz.
“Tuve muchas presiones. Y muy pocas herramientas también. Hacíamos teatro de revista y el cuerpo hegemónico era todo. Se usaban las tetas grandes y el culo acá arriba. Y yo me dejé llevar por eso, por buscar una seguridad en el exterior y querer cumplir con ese estereotipo. Eso me llevó a esa operación”, revelaba en una entrevista en abril de 2023 sobre lo que la había motivado a operarse.
Silvina Luna fue modelo, actriz y vedette y se hizo popularmente conocida por su paso por Gran Hermano
Esa sería una de las últimas notas que la rosarina brindaría ya que, semanas después debió ser internada en el Hospital Italiano. En los últimos años, se sometía a diálisis tres veces por semana, cuatro horas cada día, y esperaba una donación y trasplante de riñón. Sin embargo, su cuadro se había complicado por la contaminación con distintas bacterias que alejaban la posibilidad de recibir un trasplante. Permaneció en ese centro de salud 79 días, hasta su muerte.
“Mi trabajo está muy ligado a la imagen y hay muchas presiones para cumplir con ciertos estereotipos. Cuando era más chica me hice una intervención para mejorar aún más mi apariencia. Confié en un médico y recibí sustancias tóxicas en mi cuerpo. Me siento en la obligación de contar mi experiencia para otras chicas que pasan por lo mismo”, relataba la modelo en 2014, cuando su cuerpo ya tenía secuelas de aquella intervención e intentaba que su experiencia sirviera de alerta para tantos otros.
Silvina Luna se sometía a diálisis tres veces por semana antes de su internación
Argentina ocupa el puesto número siete a nivel mundial de países donde se realizan mayor cantidad de cirugías plásticas. Solo en 2022, la cifra superó el millón de acuerdo a la Encuesta Internacional sobre Procedimientos Estéticos/Cosméticos que releva cada año la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS, por sus siglas en inglés).
En detalle, las intervenciones más solicitadas fueron el aumento mamario, liposucción, cirugía de párpados, aumento de labios y rinoplastia, aunque también hubo un notorio crecimiento de abdominoplastias, levantamiento y reducción de senos, aumento de glúteos y lifting facial.
Pero además existió un crecimiento significativo de procedimientos no quirúrgicos, encabezados por el creciente uso de ácido hialurónico y bótox, que en los últimos años pasaron de ser un boom a instalarse definitivamente, siendo requeridos especialmente por un público muy joven. En este punto, las redes sociales y las aplicaciones juegan un papel fundamental ya que ofrecen la posibilidad de cambiar en cuestión de segundos el aspecto de un rostro.
La imagen que devuelven las redes sociales
“Las redes sociales, sobre todo Instagram, acostumbran a las personas a verse con un filtro y el médico tiene que ayudar a que ese paciente entienda que la piel no es perfecta y que tenemos que aceptarla y cuidarla para que esté lo mejor posible pero que ese filtro no va a ser posible”, explicó Valeria Mera, médica dermatóloga, especialista en psoriasis y en medicina estética, en diálogo con C5N.
De acuerdo a su testimonio, las consultas por tratamientos estéticos aumentaron muchísimo en los últimos años y ya casi no existe diferencia en el porcentaje de hombres y mujeres que se interesan por “mejorar su imagen”. “Lo que busca el paciente es verse un poco mejor ante el espejo y con eso sentirse mejor. Sin embargo, hay que acompañarlo para que entienda que no existe la perfección”, señaló.
En ese sentido, admitió que la cantidad de consultas que recibe a diario, mayormente de personas de 30 años en adelante, aumentó debido a que “existe una mayor demanda y muchas personas no médicas haciendo tratamientos”.
"Uno cree que los filtros y las redes sociales solo afectan a los jóvenes pero en realidad no. Nos afecta a todos", reflexionó Juan Ignacio Márquez, médico especialista en cirugía plástica, reconstructiva y reparadora, que aseguró que el consumo de tratamientos de estética cambió “muy rápidamente” en los últimos quince años.
Aunque hubo un punto de inflexión: “En pandemia, la gente empezó a verse muchísimo más a través de pantallas”. Este crecimiento de la virtualidad aceleró las consultas por procedimientos estéticos, como así también su ejecución.
Lejos de cuestionarlas, el profesional advirtió: “Los procedimientos bien utilizados, en las cantidades justas, están perfectos. Pero mal utilizados traen problemas. Dependiendo cómo se haga puede traer beneficios o todo lo contrario. Por desgracia cada vez hay más secuelas, tanto con materiales prohibidos como permitidos”.
Cirugías estéticas_ un fenómeno que no para de crecer
La importancia de la consulta profesional
Ambos profesionales hicieron énfasis en la necesidad de que quienes deseen realizarse algún retoque estético consulten con especialistas autorizados. “Tiene que estar recibido, con un título habilitante, una matrícula para ejercer y que lo haga en un lugar que esté habilitado”, enumeró Mera y explicó los motivos: “Todos los tratamientos pueden tener efectos adversos y la persona tiene que saber que existen riesgos. Por eso, necesitas tener si o si un médico atrás para que pueda resolver. Una complicación tratada a tiempo puede resolverse bien”.
Al mismo tiempo, Márquez aconsejó asesorarse con “un profesional recomendado, que uno ya tenga una referencia”. “Hay que estar muy atento, cuando uno va a ver a un profesional de la salud, que ese profesional no tenga una alteración de la imagen corporal. Es muy común ver profesionales de la salud que uno los ve y ellos mismos están alterados. Esos profesionales miran y aconsejan a sus pacientes con esos ojos”, alertó.
Sobre este aspecto, aseguró que en “el 70% de las consultas diarias se rechazan procedimientos” y explicó que esto se debe al crecimiento de casos de dismorfofobia. “La dismorfofobia es un trastorno psíquico en el cual la persona ve una imagen errónea de si mismo. Hay una alteración de lo que el espejo les devuelve de si mismas”, señaló al tiempo que responsabilizó de este fenómeno al “bombardeo de información” que ejercen las redes sociales.
Producción y realización: Aurora Luna, Maini Golomb y Camila Alonso Suárez.