Wos cerró el año con un show arrollador La Plata

Ante un público encendido, el rapero cerró el 2025 con un show vibrante, banda impecable y una lista de temas que combinó euforia, emoción y comunión con la gente.

El pronóstico no falló y la tormenta con la que abrió el sábado empezó a disiparse por la tarde. El viento barrió las nubes y dejó un cielo despejado en una jornada calurosa en La Plata. Para las seis de la tarde los alrededores del hipódromo ya estaban desbordados. Cientos de jóvenes felices con sus remeras, fernet y parlantes esperaban la hora del show. Familias enteras, con padres acompañando a sus hijos más chicos, iban ocupando su lugar en una marea que había viajado desde distintos puntos de la provincia para estar ahí. A las ocho, cuando caía el sol, un caballo pastaba tranquilo en el centro de la pista, mientras las gradas y el campo, con capacidad para 10 mil personas, ya estaban casi repletos y la noche lista para explotar.

Cuando el reloj marcó 21.30, la calma se terminó. Wos salió al escenario con la potencia de un boxeador preparado para llevarse puesto al público desde el primer round con “Descartable”, “7/8” y “Niño gordo flaco". Cuando llegó el turno de “Luz Delito” el público ya estaba entregado al pogo. “Gracias por venir”, dijo Wos, y su público respondió como si el saludo fuera combustible para seguir saltando. La secuencia siguió con “Que se haga tarde”, “Contando ovejas”, “Melón vino”, “Andrómeda” y “Así nomás”, mientras el hipódromo era ya un cuerpo único.

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En ese punto del show también quedó claro que buena parte del magnetismo de la noche se sostiene también en la fuerza y la precisión de la banda, encendida y firme, capaz de sostener tensión, matizar climas y golpear cuando hace falta: Facundo “Evlay” Yalve en guitarra, Natasha Iurcovich en bajo, Tomás “Tomi” Sainz en batería, Fran Azorai en teclados e Ivanna Rud en segunda guitarra fueron un engranaje aceitado, contundente y sensible, construyendo un andamiaje musical que nunca pierde músculo ni emoción.

Sobre esa base se asientan las canciones de Wos: letras que combinan potencia discursiva y crítica social con una honestidad emocional. Canciones escritas desde una voz joven y consciente, capaz de dialogar con la incertidumbre, la bronca, la esperanza y las contradicciones del presente argentino sin impostaciones ni solemnidad.

Con “Que se mejoren” el público aprovechó para sentar su posición política: desde el campo partió el ya clásico “el que no salta votó a Milei” que más tarde volvería, y que encontró eco incluso en las gradas cuando alguien reconoció al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, aplaudido y saludando, antes de sumarse también él al cantito colectivo. Después, el ritual inevitable: el momento de freestyle, el ADN del rapero surgido del "Quinto Escalón", acompañado por la guitarra de Nico Bereciartúa, uno de los invitados de la noche.

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La lista fue sólida, dinámica, emocional. “Arrancarmelo”, convertida en canto de época desde el Mundial 2022, fue uno de los puntos más altos. Siguió con “Buitres”, “Culpa”, “Cabezas Cromadas”. Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con “Quemarás”, que tuvo la voz y la imagen del Indio Solari proyectadas sobre un telón que cubrió el escenario, y que terminó coronado por el grito popular: “olé, olé, olé, Indio…”.

Hubo también momentos para la "flasehadita" con el beatbox de Wos cruzado con la batería precisa de Sainz. El tramo final fue directamente incandescente: “Sátira”, “Fantasía Petricor”, el pulso ardiente de “Alma Dinamita”, el estallido monumental de “Canguro” y la intensidad de “Fresco” y “Cambiando la piel” elevaron al público a un estado de felicidad feroz. El cierre tuvo estética cinematográfica: “La Cochería” como antesala y “Púrpura” como golpe final. El hipódromo terminó convertido en un abrazo colectivo, en gritos, saltos y miradas cómplices como si, por un rato, el año entero hubiera encontrado alivio y refugio en la música y las letras de Wos y su banda.

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