G-Sony: "Creí que no podía triunfar por ser de un barrio humilde"

Tras atravesar una infancia con necesidades varias, se convirtió en uno de los referente urbanos más populares del país gracias a su destreza como rapero y beat boxer.

Nacido en Pontevedra, G-Sony se convirtió en uno de los referente urbanos más populares del país gracias a su destreza como rapero y beat boxer, que lo llevó a ganar la Batalla Red Bull Argentina de freestyle en 2014. Pero las cosas no siempre estuvieron tan bien. "Me cuesta hablar de mi infancia", arranca la entrevista.

"Si bien nunca me faltó amor, tengo unas hermanas maravillosas y una madre increíble, un padre que hizo lo mejor que pudo, hubo otras carencias que no las analicé hasta que me hice grande", explicó.

El músico describe una niñez marcada por "jugar a hacer música y crecer y entender que viví con padres que son humanos, que cometen errores. El G-Sony de antes creció con inseguridades, con creer que no podía triunfar porque era de un barrio humilde. Crecí en una casilla con techo de chapa y pared de cemento, he trabajado de todo desde la infancia. Mis papás me decían 'tenés que ir a la escuela para tener un futuro´, pero terminé dejando la escuela porque sabía que mi futuro estaba en la música".

Gonzalo Rodríguez, tal cual reza su DNI, asegura que el rap le cambió la vida a nivel profesional, pero también personal: "Yo era un pibe muy introvertido, no me gustaba hablar, sentía que la gente me discriminaba, me ´descansaba´. Era una persona muy retraída. Conocí el rap a los 14 años y sentí que pude dar un paso y decir ´Che, yo estoy acá´. Sentí que la gente del hip-hop me abrazó, me vio".

Pero su primera vez improvisando en una batalla fue después de dedicarse al beatbox: "Me metí a las rondas y tenía un aguante tremendo. No me tenían visto en el mundo del freestyle, yo sí improvisaba en mi casa pero no me animaba a presentarme en las plazas. En realidad empecé con el freestyle porque me cansé de que al beatboxer no se lo respetara, de hecho se lo bardeaba. Vos te estabas matando, transpirando y te tenías que fumar que el freestyler te bardara mientras competía. Por bronca a los freestylers empecé a hacer freestyle (risas)".

¿Cómo se lleva con la exposición y el entusiasmo de su fandom? "Soy a veces un poco cascarrabias y tengo mis mañas. Si estoy en un baño no me gusta que me molesten, me han querido sacar fotos mientras estaba adentro del baño, literal. Pero en realidad soy una persona muy alcanzable. Soy muy random, de repente estás tranquilo en un bolichito under y te caí. Yo converso con la mejor onda, no tengo dramas", responde.

Pero aclara que "no me copa, eso sí, la falta de respeto. Yo soy muy chistoso y tengo humor, pero eso no significa que se puedan reír de mí en cualquier momento. Nos reímos juntos o nada".

Sony analiza el presente de la industria musical argentina y es determinante: "Hoy en día lo que cambió es que se profesionalizó y se emprolijó el negocio. En la industria de la música primaban chabones que le querían sacar plata a los artistas, los estafaban, no los dejaban vivir. Gracias a la información que empezamos a obtener a través de errores que cometieron colegas llegamos a tener una protección mucho más elevada".

"Hoy en día los artistas tienen herramientas para pelear por sus derechos y tener sus ganancias como corresponde. Lo más importante es tener un buen equipo. Creer que nosotros podemos pelear batallas solos es un gran error como seres humanos", concluyó.

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