Villaverde, la jura que no fue: cómo se cayó su pliego y qué puede pasar ahora

El caso vuelve a comisión mientras se abre una incógnita en Diputados. El oficialismo podría intentar que no se acepte su renuncia en la Cámara Baja mientras se define la situación de su pliego en el Senado. El primer cruce entre Bullrich y Villarruel en sesión.

La sesión preparatoria del Senado dejó una foto incompleta: 23 senadores juraron y una no. El pliego de Lorena Villaverde, la representante libertaria por Río Negro, fue retirado a último momento y enviado nuevamente a la Comisión de Asuntos Constitucionales. Oficialmente, el argumento fue que “el título debía ser revisado de manera más exhaustiva”, pero en los pasillos la explicación era otra y mucho más directa: el oficialismo no tenía los votos.

La propia Villaverde estuvo presente durante los primeros minutos de la sesión. Incluso llegó a sentarse en el recinto, en la banca que debía ocupar, pero se retiró antes de que comenzara el Himno.

La decisión de bajar el pliego se tomó el jueves por la noche, en la reunión de labor parlamentaria. Allí, los jefes de bloque acordaron —a pedido de Ezequiel Atauche, aún jefe del bloque libertario hasta que Patricia Bullrich asuma formalmente ese rol— retirar el expediente y reenviarlo a la comisión. Atauche lo pidió en voz alta durante la sesión: “Entendemos que hay algunas cuestiones que dirimir con respecto a los títulos y a las mayorías necesarias”, dijo, formalizando lo que ya estaba pactado.

La rosca de fondo era menos técnica y más aritmética. Aunque en los últimos días el oficialismo se mostraba confiado, Bullrich no consiguió asegurarse los apoyos necesarios. Pasó buena parte de la jornada recorriendo despachos radicales en busca de un acuerdo que nunca terminó de cerrarse. El cálculo era sencillo: el oficialismo contaba con 19 votos propios (ya que los senadores no pueden votar su propio pliego), más los cuatro del PRO, con Luis Juez a la cabeza, defendiendo a Villaverde con más ímpetu que los propios libertarios. Enfrente, el peronismo reunía 28 votos, de modo que los radicales eran decisivos, pero sus manos levantadas nunca estuvieron garantizadas del todo. Sin ese piso, la bancada decidió frenar antes de exponer una derrota en el recinto.

Con el pliego retirado, el futuro de Villaverde quedó suspendido. La Comisión de Asuntos Constitucionales —que todavía no está constituida tras la renovación de senadores— deberá analizar nuevamente el caso y emitir un dictamen. Sólo entonces el tema volverá al recinto, con un escenario de votos que por ahora sigue siendo incierto.

El efecto colateral en Diputados

La complejidad del caso se amplifica por un dato clave: Villaverde es actualmente diputada nacional. Su renuncia –oficialmente presentada- debe votarse el próximo miércoles, antes de la jura de los nuevos diputados. Y en el oficialismo ya analizan un escenario posible: que la Cámara baja no acepte su renuncia mientras su situación en el Senado siga sin resolverse.

Es decir, si el pliego sigue trabado, Villaverde podría conservar momentáneamente su banca en Diputados. Por ahora, nada está definido. Pero la jugada está sobre la mesa y algunos operadores parlamentarios ya trabajan sobre ese posible desenlace.

Cruces, tensiones y la platea del poder

Aunque el conflicto por Villaverde se jugó en la trastienda, la sesión tuvo su propio microclima. Sobre el final, Bullrich pidió la palabra, pero Victoria Villarruel se la negó con el argumento de que no estaba contemplado en el acuerdo de labor parlamentaria. A la salida, ya ante la prensa, Bullrich explicó que quería plantear que “las normas son para todos iguales” y que debía cumplirse el límite de tres invitados por senador. Contó incluso que a una legisladora oficialista no le dejaron entrar a su hija por no tener documento, mientras que “otros” ingresaron con muchas más personas.

La ex ministra no dio nombres, pero en la sesión quedó a la vista: el ex gobernador santiagueño Gerardo Zamora juró acompañado por seis familiares, y la senadora Cristina López llevó nueve.

La jura tuvo también una asistencia política nutrida: en un palco estaban Karina Milei, Manuel Adorni, Diego Santilli, Lule y Sharif Menem. Y en el de al lado, tres gobernadores —Rolando Figueroa, Leandro Zdero y Gustavo Melella—, todos atentos a la reconfiguración del nuevo Senado.

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