Rusia reconoció este jueves que sufrió importante bajas entre sus militares desplegados en Ucrania y volvió a calificar de "montaje" la aparición de civiles muertos en la ciudad de Bucha, que llevó a las potencias occidentales a acusar a Moscú de cometer una masacre.
"Tenemos importantes bajas entre las tropas y es una gran tragedia para nosotros", confirmó el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, en una entrevista al canal privado británico Sky News. A finales de marzo, el ejército ruso reconoció haber perdido 1.351 soldados y que otros 3.825 resultaron heridos desde el inicio de la invasión.
Sobre las acusaciones de haber cometido "una masacre" en Bucha insistió: "Toda la situación de Bucha es una insinuación bien montada, nada más. Los cadáveres allí encontrados no fueron víctimas de militares rusos", aseguró el vocero sobre las decenas de personas con ropas civiles que se encontraron muertas después de la la retirada del ejército ruso.
Peskov también afirmó que Rusia se retiró de las regiones ucranianas de Kiev y Chernihiv y aseguró que "fue un acto de buena voluntad para aliviar la tensión de esas regiones y mostrar que Rusia está realmente lista para crear condiciones cómodas para continuar las negociaciones", según agregó el funcionario.