Gustavo Petro se convirtió este domingo en el nuevo presidente de Colombia y su gobierno marcará un hito, ya que será el primero de izquierda de la historia del país. En el balotaje, venció al derechista Rodolfo Hernández por cerca de tres puntos de diferencia.
Nacido el 19 de abril de 1960 en Ciénaga de Oro, Petro ingresó con apenas 17 años al M-19, una de las varias guerrillas que actuaban por entonces en tierras colombianas y también una de las primeras en retornar a la vida civil, en 1990.
En la organización, usó el nombre ficticio de Andrés Aureliano, en homenaje al Aureliano Buendía de la genial obra de Gabriel García Márquez "Cien años de soledad".
Llegó a las elecciones de este año como candidato por el Pacto Histórico y se mostró cansado de que se difundan noticias falsas sobre su vida, sus planes de Gobierno y su equipo de asesores, al punto que el sitio web que lo presenta tiene un apartado en el que desmiente y explica 54 “fake news” diseminadas durante la campaña.
Su alianza reúne a fuerzas de izquierda, feministas, ambientalistas, juveniles y sindicales, todas en torno de Colombia Humana, su propio partido. Será el primer triunfo nacional de la izquierda en un país marcadamente conservador, en el que el accionar guerrillero, además, dejó una fuerte huella.
Petro intentó, sin suerte, ser presidente en las elecciones de 2010 y 2018. Antes y en medio de esos intentos, pasó por la alcaldía de Bogotá y por el Congreso. En los dos puestos su tarea fue ruidosa y, de a poco, fue haciendo crecer su imagen.
En 2012 ganó la alcaldía capitalina, de donde fue destituido después de una investigación sobre el sistema de recolección de residuos. Se le prohibió entonces ejercer cargos públicos por 15 años, pero esa sanción fue un búmeran para los sectores que lo habían tumbado, porque Petro logró un impulso popular de relevancia y, además, la Corte IDH lo repuso en el cargo en 2014.
Había sido concejal en Zipaquirá, tenido un cargo diplomático y conseguido una banca de representante antes y se hizo de una plaza de senador después, la actual por haber sido segundo en las elecciones que llevaron a Iván Duque a la presidencia.
Desde el Congreso empezó a lograr notoriedad, en buena medida en base a sus denuncias de corrupción, contra la llamada "parapolítica" -las relaciones de grupos paramilitares con dirigentes- y de los casos de "falsos positivos", los asesinatos de desocupados y campesinos presentados por el Ejército como guerrilleros muertos en combate.
En 2010, en su primer intento por la presidencia, consiguió solo 9% de los votos pero se instaló entre las figuras notorias de la política local. Y 8 años después, ya con 25% de los sufragios, obtuvo el derecho de disputar la segunda vuelta, que perdió con Duque.