Comerciantes de Teherán cumplieron este lunes su segunda jornada consecutiva de huelga, manteniendo las persianas bajas en protesta por la hiperinflación y la devaluación del rial. La moneda nacional alcanzó un mínimo histórico el domingo, cotizando a más de 1,4 millones por dólar en el mercado informal, una caída drástica frente a los 820.000 registrados hace apenas un año.
La parálisis de la actividad se extendió por los bazares del centro y mercados tecnológicos, donde los vendedores aseguran que la volatilidad de precios impide reponer mercadería importada. Según reportes de la agencia Ilna, los manifestantes "exigen una intervención inmediata del gobierno para frenar las fluctuaciones del tipo de cambio", advirtiendo que la continuidad comercial bajo estas condiciones "se ha vuelto imposible".
En respuesta a las concentraciones en las principales avenidas de la capital, las fuerzas de seguridad recurrieron al uso de gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. La agencia Fars confirmó que se registraron "enfrentamientos físicos menores" entre manifestantes y el orden público, mientras el malestar social crece ante un costo de vida que aumenta significativamente de un día para otro.
Ante la crisis, el presidente Masud Pezeshkian ordenó una reestructuración inmediata de la cúpula económica, nombrando a Abdolnasser Hemmati como nuevo gobernador del Banco Central. En paralelo, el jefe del Poder Judicial, Gholamhossein Mohseni Ejei, instruyó a los tribunales para "sancionar lo antes posible a los responsables del origen de las fluctuaciones de las divisas", buscando contener la especulación financiera.
Crisis presupuestaria y presión de sanciones internacionales
Pezeshkian presentó ante el Parlamento un proyecto de presupuesto para el próximo año que contempla un aumento salarial del 20%, cifra que queda muy rezagada frente a la inflación oficial. Según el Centro de Estadísticas de Irán, el índice de precios al consumidor alcanzó un 52% interanual en diciembre, aunque los productos de primera necesidad muestran incrementos muy superiores en las góndolas.
El escenario económico se agravó tras la reimposición de sanciones internacionales por parte de la ONU a finales de septiembre, vinculadas al programa nuclear y a la falta de avances en las negociaciones con Washington. A esto se suma la inestabilidad derivada de los 12 días de guerra contra Israel registrados en junio, un conflicto que profundizó el aislamiento financiero del país.
El mandatario iraní atribuyó la debacle a factores externos, denunciando que Estados Unidos, Israel y las potencias europeas libran una “guerra total” contra Irán.