Jair Bolsonaro fue operado por una crisis de hipo crónica mientras cumple su condena en prisión
El exmandatario de Brasil, sentenciado a 27 años y 3 meses de cárcel por el intento de golpe contra Lula da Silva, sufría de ataques que le impedían dormir y le dejaban fatiga extrema.
Se espera que el exmandatario brasileño regrese a la sede de la Policía Federal en los próximos días.
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El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro fue intervenido quirúrgicamente por el equipo médico del hospital privado DF Star de Brasilia para tratar una crisis de hipo que lo afecta hace meses. Este contratiempo de salud sucede en medio del cumplimiento de su condena en prisión.
Según explicó su esposa, Michelle Bolsonaro, el procedimiento consistió en el bloqueo anestésico del nervio frénico, responsable de controlar el diafragma. El objetivo fue obstruir los espasmos que, según su cardiólogo, le estaban provocando al exmandatario una fatiga extrema e interrupción del sueño.
El cirujano Claudio Birolini calificó la operación realizada este sábado 27 de diciembre como "exitosa". Detalló que se trabajó sobre el lado derecho y que se programó una intervención idéntica, pero en el lado izquierdo, para este lunes 29, para completar el tratamiento.
El estado físico del expresidente brasileño estuvo comprometido este último tiempo, ya que en Navidad pasó por el quirófano por una hernia inguinal bilateral. Trascendió que, si bien estaba recuperándose y en rehabilitación, una crisis de hipo el viernes por la noche lo obligó a ser trasladado desde la Superintendencia de la Policía Federal hacia el centro de salud. Para esto contó con la autorización previa del juez del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes.
El expresidente brasileño después de una de las recientes cirugías
Reuters
El presente judicial de Jair Bolsonaro
El líder derechista Jair Bolsonaro cumple una condena de 27 años y 3 meses de prisión luego de ser hallado culpable de organizar un complot para intentar mantenerse en el poder después de perder las elecciones en 2022 ante Luiz Inácio Lula da Silva. Además de la reclusión, el capitán retirado del Ejército enfrenta una inhabilitación política hasta el año 2060.