Espeluznante: un misterioso hongo negro de Chernobyl podría "comer" radiación

Este extraño organismo escogió como hogar uno de los lugares más radioactivos del planeta, la central nuclear, cuyo reactor explotó en 1986, despertando varias incógnitas para los científicos.

Como diría Ian Malcolm, el recordado personaje de la película Jurassic Park, "la vida se abre camino" en sitios donde aparentemente vivir es un riesgo por los altos niveles de radiación, como la central nuclear de Chernóbyl, y sus alrededores. Sin embargo, un misterioso hongo negro escogió este lugar para desarrollarse y despertar la atención de los científicos.

Se trata de Cladosporium sphaerospermum, algunos científicos teorizan sobre su color oscuro, la melanina, le permite aprovechar la radiación ionizante mediante un proceso similar al que utilizan las plantas para absorber la luz para la fotosíntesis, solo que en este caso se conoce a este mecanismo como radiosíntesis.

Si bien desde 1986 se estableció una zona de exclusión de Chernobyl, en un radio de unos 30 kilómetros alrededor del reactor nuclear 4, donde toda persona tuvo que abandonar su hogar y marcharse. En la actualidad predomina la vegetación y los animales salvajes, como lobos y jabalíes.

A pesar de las circunstancias, este moho, compuesto en realidad por diversos hongos, fue descubierto en 1997, por un equipo de la microbióloga Nelli Zhdanova. "Como plantas que buscan la luz del sol, la investigación de Zhdanova indicó que las hifas fúngicas del moho negro parecían atraídas por la radiación ionizante", expresaron, a partir de ese momento se inició una investigación que duraría más de dos décadas.

Los científicos determinaron que la radiación ionizante, suele ser mucho más potente que la luz solar, ya que una descarga de partículas radioactivas destrozan el ADN y las proteínas, lo que puede desencadenar en mutaciones, destrucción de células y la muerte de organismos.

Hongos imagen 6-12.25
Cultivos hallados en la cuarta unidad de Chernóbil, incluyendo Cladosporium sphaerospermum. La placa superior derecha muestra claramente melanización. BBC

Cultivos hallados en la cuarta unidad de Chernóbil, incluyendo Cladosporium sphaerospermum. La placa superior derecha muestra claramente melanización. BBC

A pesar de este panorama negativo, el hongo resistió en el lugar, gracias a un elemento clave: la melanina. "Así como la piel más oscura protege nuestras células de la radiación ultravioleta (UV), Zhdanova sospechó que la melanina de estos hongos actuaba como una especie de escudo contra la radiación ionizante", informaron.

"La energía de la radiación ionizante es aproximadamente un millón de veces mayor que la energía de la luz blanca, que se utiliza en la fotosíntesis", afirma Dadachova. "Por lo tanto, se necesita un transductor de energía bastante potente, y creemos que la melanina es capaz de hacer esto: transformar la radiación ionizante en niveles de energía utilizables".

Esto llevó a los investigadores a pensar frente a qué escenario podría ayudar el descubrimiento de estos hongos, por lo que pensaron en que podría ser posible llevar a estos organismos a los científicos de la NASA, para que consideren rodear a los astronautas, de próximas misiones, con paredes de hongos para poder sobrevivir mejor un viaje espacial.

A raíz de esto, en 2018 realizaron una prueba y llevaron muestras de Cladosporium sphaerospermum a la Estación Espacial Internacional, donde demostraron que crece mejor en el espacio. "En comparación con las muestras de control en la Tierra, los investigadores descubrieron que los hongos que se enfrentaron a la radiación cósmica galáctica durante 26 días crecieron un promedio 1,21 veces más rápido", expresaron para la BBC.

A pesar de esto, el misterio sobre las capacidades del hongo para servir para futuras misiones espaciales no está resuelto.

TEMAS RELACIONADOS