En un encuentro histórico en el Vaticano, el papa León XIV se reunió con actores de Hollywood y los instó a usar su arte para "llevar esperanza" y manifestando su preocupación por el declive de la asistencia a los cines.
León XIV recibió a Cate Blanchett, Viggo Mortensen, Monica Bellucci y al cineasta Spike Lee en una audiencia privada e inédita.
En un encuentro histórico en el Vaticano, el papa León XIV se reunió con actores de Hollywood y los instó a usar su arte para "llevar esperanza" y manifestando su preocupación por el declive de la asistencia a los cines.
En un gesto inédito y cargado de simbolismo, el Sumo Pontífice recibió a Cate Blanchett, Viggo Mortensen, Spike Lee y Monica Bellucci, entre otros famosos, en una audiencia privada. El cineasta calificó al encuentro como un "gran día".
El líder de la Iglesia Católica destacó su admiración por el trabajo de actores y directores, y les impartió una misión: continuar su labor como "peregrinos de la imaginación".
"Les insto a continuar su labor como 'peregrinos de la imaginación', contribuyendo a llevar esperanza", dijo ante las celebridades. Esta primera entrevista marcó un acercamiento del líder de la Iglesia Católica a la industria cinematográfica mundial.
La actriz y productora de cine australiana Cate Blanchett aprovechó la oportunidad para regalarle a Prevost una pequeña pulsera azul con un hermoso significado detrás. "Trabajo con ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados", explicó la artista sobre la pulsera que "usa en solidaridad con las personas desplazadas".
A principios de este año, Blanchett lanzó el Fondo Cinematográfico sobre Desplazamiento como Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR. La iniciativa se dedica a defender y financiar "el trabajo de cineastas desplazados, o cineastas con una trayectoria comprobada en la creación de narrativas auténticas sobre las experiencias de las personas desplazadas".
El Pontífice también utilizó la ocasión para manifestar una preocupación concreta por la situación actual de la industria cinematográfica. León XIV se pronunció en contra del "preocupante declive" de la asistencia a las salas de cine.
Esta declaración representó una muestra de apoyo explícito a la relevancia cultural y comunitaria de la experiencia cinematográfica tradicional. La reunión con los famosos sirvió para advertir sobre la fuerza global de este arte para inspirar y generar valores.