Un famoso cardiólogo reveló el verdadero secreto para la longevidad: los llama supercentenarios

La esperanza de vida creció notablemente en las últimas décadas, aunque superar los 100 años sigue siendo un desafío para la mayoría. Los llamados ‘superancianos’ o ‘supercentenarios’ atraen la atención de numerosos especialistas en longevidad, quienes estudian sus hábitos de vida y alimentación. El foco está en entender cómo algunas personas alcanzan un siglo de vida manteniendo una buena salud física y mental.

La longevidad activa no depende únicamente de factores genéticos. La dieta y el ejercicio físico juegan un papel fundamental para llegar a la vejez con calidad de vida. En este contexto, el cardiólogo Eric Topol, uno de los referentes mundiales en el estudio del envejecimiento, destacó recientemente cuál es la clave para ralentizar el reloj biológico y prolongar la salud.

Topol acaba de publicar su último libro, ‘Super Agers: An Evidence-based Approach to Longevity’, donde comparte sus investigaciones sobre la supervivencia humana. Entre sus hallazgos, destaca que la actividad física es la práctica cotidiana más poderosa para combatir el envejecimiento. Aunque otros factores como la alimentación y las relaciones sociales también son relevantes, el ejercicio es el hábito más determinante para mantenerse saludable con el paso del tiempo.

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La esperanza de vida creció notablemente en las últimas décadas, aunque superar los 100 años sigue siendo un desafío para la mayoría.

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Cómo podés extender tu vida saludable según un famoso cardiólogo

La longevidad extrema, representada por quienes superan los 100 años, sigue siendo un fenómeno poco común que despierta gran interés en la comunidad médica. Estos ‘supercentenarios’ son estudiados con detenimiento para identificar qué factores permiten alcanzar esta edad con buena salud física y mental. Los análisis incluyen desde sus hábitos alimenticios hasta rutinas diarias, buscando patrones que expliquen su notable resistencia al paso del tiempo.

Aunque la genética influye en la longevidad, no es el único factor determinante. Estilos de vida saludables, que incluyen una alimentación balanceada y la práctica regular de actividad física, son esenciales para conservar la vitalidad durante más años. Este enfoque ganó protagonismo en la investigación moderna, donde se enfatiza la importancia de adoptar rutinas accesibles y sostenibles para el bienestar a largo plazo.

Recientemente, un cardiólogo y experto en envejecimiento publicó un libro que profundiza en las claves para vivir más y mejor. En esta obra, sostiene que uno de los pilares fundamentales para ralentizar el envejecimiento biológico es mantener una práctica constante de ejercicio físico. Esta recomendación no solo se basa en estudios científicos, sino también en la observación de patrones comunes entre personas longevas.

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Los llamados ‘superancianos’ o ‘supercentenarios’ atraen la atención de numerosos especialistas en longevidad, quienes estudian sus hábitos de vida y alimentación

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La actividad física, más allá de sus beneficios evidentes, tiene un impacto concreto y medible sobre el proceso de envejecimiento del cuerpo. Además de la alimentación y las relaciones sociales, que también aportan a la calidad de vida, el ejercicio regular se destaca como la práctica más efectiva para preservar la salud y el equilibrio corporal. Así, pequeños cambios en la rutina pueden traducirse en una gran diferencia a largo plazo.

El especialista resalta que no se trata de buscar soluciones complicadas ni de recurrir a métodos milagrosos. La clave está en implementar hábitos sencillos y constantes que estén al alcance de todos. Según su perspectiva, es posible prevenir enfermedades asociadas a la edad mediante acciones cotidianas, que fortalecen el cuerpo y mejoran la calidad de vida sin requerir grandes esfuerzos.

Entre las recomendaciones más específicas se encuentran ejercicios que trabajan la musculatura, especialmente los de resistencia y fuerza de prensión, que ayudan a retrasar el deterioro físico. La propuesta ideal es realizar al menos 30 minutos diarios de actividad, cinco veces a la semana. Este enfoque no busca aumentar la fuerza extrema, sino mejorar el equilibrio y la funcionalidad, logrando así un efecto real para frenar el avance del reloj biológico.

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El reconocido experto en envejecimiento poblacional acaba de lanzar un nuevo libro.

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