Un experto en longevidad reveló que esta forma de ejercitarse tiene un beneficio extra: de cuál se trata

Fortalecer los músculos no solo mejora la apariencia, sino que ayuda a prevenir enfermedades y a envejecer con vitalidad. La fuerza se consolida como la clave del bienestar a largo plazo.

  • Investigaciones recientes destacan que el entrenamiento de fuerza es fundamental no solo para mejorar el aspecto físico, sino también para prolongar la vida y preservar la salud.
  • Según el especialista Eneko Baz, la masa muscular actúa como un órgano activo que regula procesos hormonales, metabólicos y cognitivos.
  • La pérdida de fuerza y músculo con el paso de los años puede afectar la movilidad, los huesos y la independencia funcional, por lo que ejercitarse es clave en la adultez.
  • Mantener músculos fuertes impacta directamente en la longevidad, la prevención de lesiones y la calidad de vida, más allá de cualquier objetivo estético.

El entrenamiento de fuerza, en la actualidad, dejó de ser exclusivo de los deportistas o de quienes buscan definir su cuerpo. Hoy se considera una de las prácticas más completas para cuidar la salud integral y prolongar la esperanza de vida. Su impacto positivo en el metabolismo, la función muscular y la mente lo convierte en una herramienta esencial para vivir mejor a cualquier edad.

Eneko Baz, experto en ciencia del ejercicio y creador de Bazman Science, explicó en el podcast “Tengo un Plan” que el músculo cumple un rol vital dentro del organismo. Más allá de su función mecánica, es un tejido activo que interviene en la regulación hormonal, el control del azúcar en sangre y la prevención de enfermedades metabólicas y óseas.

Según Baz, ganar fuerza no solo transforma la apariencia física, ya que es una forma de proteger el cuerpo del envejecimiento y de los procesos que debilitan al sistema inmunológico. Para él, entrenar la fuerza no se trata de estética, sino de bienestar y longevidad.

Longevidad
A través de prácticas simples pero efectivas, invita a recuperar hábitos ancestrales que pueden transformar por completo la relación con el cuerpo y la mente.

A través de prácticas simples pero efectivas, invita a recuperar hábitos ancestrales que pueden transformar por completo la relación con el cuerpo y la mente.

Qué importancia tiene el entrenamiento de fuerza para la longevidad según un experto

El especialista remarca que los músculos actúan como un órgano endocrino, capaz de liberar sustancias que se comunican con el resto del cuerpo. Estas señales, llamadas mioquinas, favorecen la salud del corazón, el metabolismo y el cerebro, ayudando a mantener las funciones vitales activas a medida que pasan los años.

El entrenamiento de fuerza, a diferencia de otras actividades físicas, no solo fortalece los músculos, sino que mejora la conexión entre el sistema nervioso y los tejidos corporales. Esa coordinación optimizada se traduce en mayor potencia, estabilidad y agilidad, factores determinantes para prevenir caídas, lesiones o pérdida de autonomía en la vejez.

Baz explica que este tipo de ejercicios es especialmente valioso para contrarrestar la sarcopenia, la pérdida de masa muscular que comienza alrededor de los 30 años y se acelera con la edad. Al estimular el crecimiento y la eficiencia del músculo, se logra conservar fuerza, mantener la densidad ósea y retrasar el deterioro natural del cuerpo.

Longevidad
Apostar por el movimiento diario asegura beneficios duraderos y accesibles, con efectos positivos tanto en la salud física como en la calidad de vida a largo plazo.

Apostar por el movimiento diario asegura beneficios duraderos y accesibles, con efectos positivos tanto en la salud física como en la calidad de vida a largo plazo.

Otro punto clave es su impacto en la salud hormonal. En las mujeres, por ejemplo, el entrenamiento de fuerza ayuda a compensar la disminución de estrógenos durante la menopausia, mientras que en los hombres contribuye a mantener niveles adecuados de testosterona, ambos factores esenciales para la vitalidad y el equilibrio general.

Además de mejorar la composición corporal, el trabajo con resistencia también influye en el bienestar emocional. Baz señala que entrenar fuerza incrementa la autoestima, mejora el estado de ánimo y estimula la función cognitiva, lo que refuerza la conexión entre cuerpo y mente.

En palabras del experto, “no se trata de tener músculos grandes, sino músculos funcionales que respondan a las demandas del día a día”. Esa fortaleza física, sumada a una vida activa y una buena alimentación, constituye uno de los pilares más efectivos para alcanzar una longevidad saludable.

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